En su despedida como director deportivo del Hércules, Dani Barroso estuvo acompañado por Javier Portillo, el presidente, Carlos Parodi, el delegado, Quique Sala, y los responsables de la cantera, José Antonio Palomino y Jorge Fernández. Lógicamente no hubo rastro de Juan Carlos Ramírez, el hombre que ha tomado la decisión de echarle y sobre el que se ha especulado mucho acerca de sus intromisiones en la parcela deportiva. «Siempre me he considerado el director deportivo del Hércules. Me echan porque he mantenido una lucha por mi independencia en la toma de decisiones. No voy a entrar en ningún debate, no quiero problemas. He trabajado con humildad, discreción y honradez», señaló al ser preguntado sobre su mala relación con Ramírez.
Barroso se definió en el día de su despido como «frustrado y triste» y lamentó no haber conseguido el ascenso a Segunda División, objetivo que rozó en un par de ocasiones en los duelos contra el Cádiz. «Me da pena no haberlo logrado, sobre todo, por nuestros aficionados. A partir de ahora seré un herculano más y estaré animando al equipo junto a ellos», dijo el técnico vasco, que también tuvo palabras de elogio para Parodi y para Portillo.
Sólo tuvo que interrumpir su discurso por la emoción a la hora de hablar del madrileño, a quien le dedicó estas palabras: «Se ha hablado mucho de nuestra relación. Es un gran incomprendido en esta ciudad y ama al Hércules como nadie. Dio un paso al lado de forma inteligente cuando era jugador y los resultados no acompañaban. Quiero darle las gracias por lo mucho que me ha ayudado y me ha defendido. Le deseo lo mejor. Lo va a hacer fenomenal porque en un año y medio ha aprendido mucho».
Aunque el fútbol da muchas vueltas, la salida de Barroso se antoja definitiva, sensación que comparte él. «Soy joven, llevo muchos años en este mundo y siento a este equipo por encima de los demás. También me considero una persona de club y me he callado muchas cosas. Siempre he preferido poner el bien de la entidad por encima del mío personal. Ojalá esto sea un hasta luego pero de momento es un adiós», aseguró el técnico vasco.
Que la decisión de su despido se haya tomado ya y no tras el final de la Liga, dentro de tres semanas, no es algo que le haya parecido mal. «Es un buen momento porque el equipo tiene casi imposible disputar la promoción y hay que planificar la próxima temporada. El deterioro y el cansancio llevan a apostar por otras personas. Yo también he pasado lo mío y no quiero ser un problema», apuntó.
Por último, Barroso quiso hacer un balance final de las casi tres campañas en las que ha sido director deportivo del Hércules. «Me siento orgulloso. Este curso minimiza mi trabajo pero lo veo bueno en el cómputo general. Han sido unos años muy intensos, en los que pequeños detalles nos han impedido ascender. Somos un club grande y tenemos una responsabilidad con la afición», concluyó.
