David Gallego Ruiz (Barelona, 1972) regresa el domingo al Rico Pérez 17 años después de que el recién llegado Enrique Ortiz le diera su autorización para dar el salto a Segunda División y jugar en el Córdoba. «Siempre le estaré agradecido por ese gesto». Muchos aficionados le recuerdan por el penalti a lo «panenka» fallado en el Rico Pérez ante el Hospitalet aunque su primera temporada como blanquiazul (99/00) fue de notable alto, con nueve goles pero el sabor amargo de no ascender en la promoción.

¿Le hace ilusión su vuelta al Rico Pérez?

Muchísima, no es por tirar de tópico, es la realidad. Me fui hace 17 años y en Alicante fui muy feliz la temporada y media que estuve. Allí nació mi hija y todo son buenos recuerdos. Realmente no todos, ya que en el primer año nos quedamos a las puertas del ascenso a Segunda, algo que nos merecíamos.

Con Manolo Jiménez de entrenador (99/00)...

Sí, fue un año muy especial porque el Hércules venía de dos descensos consecutivos y en esa plantilla había jugadores de la plantilla de Primera como Visnjic, Stankovic, Paquito o Nacho Conte. Teníamos un equipazo pero no pudimos subir. Realmente fui un poco gafe como futbolista porque jugué siete promociones y no ascendí nunca.

La temporada siguiente (con Corominas y Carbonell) fue un desastre...

No empezamos bien con Corominas y yo en diciembre me marché al Córdoba, a Segunda, gracias a un gran gesto de Enrique Ortiz que siempre le agradeceré. Me dijeron que no me iban a cortar la progresión y así fue.

Ahora es el entrenador del Espanyol B y se va a encontrar con un Hércules al borde del abismo...

Yo no lo veo así, quedan nueve partidos, 27 puntos, que son un mundo. Y veo al Hércules más que capacitado para ganar siete u ocho partidos, cómo no lo va a estar si tiene la mejor plantilla de Segunda B sin ninguna duda.

Usted fue jugador del Hércules en Segunda B, ¿es cierto que la presión puede atenazar a los futbolistas?

Sí, pero porque entienden mal el asunto. Esa camiseta (del Hércules) hay que disfrutarla, no sufrirla. Es cierto que es una plaza complicada en la que todo lo que no sea estar entre los cuatro primeros es un fracaso, pero esa es la presión que a mí me gusta, la de pelear por objetivos ambiciosos.

Ustedes tienen la presión contraria porque están a un punto del descenso...

Para nada, nuestra temporada está siendo un éxito porque ya han subido cuatro jugadores al primer equipo (Marc Roca, Aarón, Marc Navarro y Melendo) y el objetivo principal es formar jugadores. A nivel competitivo, el reto es estar cerca de ganar en cada partido y eso lo hemos conseguido.

Los filiales se suelen venir arriba en el Rico Pérez...

Es que estos equipos podemos desarrollar mejor nuestro modelo en el Rico Pérez que en el campo del Ebro o el Saguntino. Es un estadio de Primera, con espacios y un césped bueno. Para nosotros es una buena prueba para saber de qué somos capaces.

Muchos herculanos le recuerdan por el penalti a lo «panenka» fallado en el Rico Pérez...

Sí, aún me lo recuerdan. Fue contra el Hospitalet y además delante tenía a un portero, Maestro, con el que ya había coincidido en el Terrassa. Fue el primer penalti que lancé así y no se me olvida. Una mala decisión y ya está.