El Ebro, el único equipo aragonés de la categoría que encajaron desde la federación en el grupo tercero, formado básicamente por representantes de Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, al tiempo que frustra las febriles ilusiones de alguna coalición política, ha conseguido incrustarse entre los más regulares de la competición. Los zaragozanos han sido líderes durante varias jornadas y actualmente, tras el 2-0 en el Rico Pérez ocupan la quinta plaza, empatado a puntos con el Hércules que recupera posiciones de promoción de ascenso. En otro partido en que los blanquiazules han seguido con la tónica gris de la temporada, Tevenet ha conseguido, ganando al Ebro, el trasvase del mismo, transmutando plazas con los maños, y trayéndose para estos lares buenos metros cúbicos de agua de esperanza que hay que confirmar contra el Atlético Saguntino, en propósito que se repite en demasía cuando tan solo llevamos 12 jornadas disputadas. Por fin hemos logrado el deseado trasvase del Ebro, aunque ni lo haya traído político alguno, ni haya sido del agua que tanto se necesita por estos lares.

No debe el Hércules esperar más de lo debido a situarse de una manera permanente entre los elegidos para la gloria. De no ocuparla, debiera siempre tener a tiro la primera plaza para evitar lo ocurrido en las dos últimas temporadas que nos quedamos sin el premio de la disputa del ascenso en una eliminatoria a doble partido. Cualquier entrenador que se enfrenta al Hércules lo trata respetuosamente como gran favorito del grupo para ascender.

El míster del Ebro no ha sido una excepción en este sentido. Sería bueno que jugadores y entrenador se aplicaran el cuento y participaran de la misma opinión, demostrando en el terreno de juego para que han venido a Alicante a jugar al futbol. Como profesionales bien saben que la exigencia es ascender, y que, para culminar tal objetivo con éxito, el camino es bastante más expedito desde el liderato que desde cualquier otra posición entre los cuatro primeros.

En medio de la zozobra por la que navega la nao herculana, debido a los irregulares resultados y a la incertidumbre que transmiten plantilla y entrenador, y por otra parte en el apartado económico con esos casi siete millones de euros que el IVF reclama a la entidad, y que esta hace bien en negarse a pagar, cobra de nuevo vida el debate en la portería blanquiazul. Un mal partido del veterano Chema contra los filiales de los periquitos, ha propiciado que el nombre de Buigues, aparte de por las negociaciones para su renovación, salte de nuevo a la palestra, y se clame por su titularidad desde la grada y algún que otro sector de la crítica. Relevo, hay que decirlo, que vendría de perlas al actual tira y afloja para acordar un nuevo contrato con el canterano que lo ligara al Hércules por más tiempo. Dirigentes se lo agradecerían a la dirección deportiva, y éstos al míster. Parece que quedarían todos contentos con el cambio, puntual o definitivo, en la portería, todos, claro está, menos Chema.