Los goles no se merecen; se marcan. Así, por la vía práctica despachó anoche el Hércules al Ebro para volver al furgón de cabeza de la Liga. Con más goles que juego, el equipo alicantino se anotó un triunfo imprescindible para seguir la estela de los mejores en esta larga travesía de la Segunda B plagada de equipos como el meritorio conjunto aragonés, que ha llegado a liderar la clasificación con poco más que rigor táctico y aplicación defensiva, dos virtudes esenciales en la categoría. Cuando el partido parecía otro de tantos -igualado, anodino y trabado-, el cuadro alicantino resolvió la contienda en apenas un minuto al filo del descanso. Fueron dos zarpazos consecutivos, dos directos al mentón del rival, que no llegaron como consecuencia del fútbol elaborado, sino de dos buenas acciones aisladas. En la primera, un gol de laboratorio producto de un córner: sacó Gaspar, prolongó Mainz y cabeceó a la red Checa. Y apenas un minuto después, el 2-0 en un buen pase largo de Peña sobre el propio José «Golazo», cuyo disparo rechazó el poste para que el de Sádaba empujara a la red. Gran noche del aragonés, que marcó, asistió y se le vio entonado en su segundo partido consecutivo como «9» titular. Debe de estar contento Tevenet con el marcador y con el gol inicial, producto de su pizarra, pero no tanto con los primeros 40 minutos de los suyos, faltos de energía, talento y organización. Apenas unos detalles de Javi Flores y muy poco más para desarmar a un equipo bien cerrado con cinco defensas. Pero no son tiempos de exquisiteces, sino de resultados, y lo que tocaba anoche era hacer bueno el empate ante el Espanyol B para seguir creciendo. Con el partido resuelto, la segunda parte tuvo muy poca historia. En una semana muy cargada, el equipo pareció reservar el depósito y se limitó a controlar a un Ebro romo en ataque. Omgba entró por Gaspar y Miñano adelantó su posición para dejarse ver un poco más cerca del área que en el eje del campo, donde apenas tuvo peso. Sin apenas sobresaltos en las áreas, lo más relevante del segundo acto fue el reconocimiento del Rico Pérez a Peña tras una buena acción individual, el regreso de Rojas y, en la parte negativa, la absurda autoexpulsión de Pol Bueso por dos entradas evitables que le impiden jugar el domingo en Sagunto en otro choque que se presenta áspero.