Un cruce en el sorteo de la Copa del Rey de hoy contra Barcelona, Real Madrid o Atlético depararía para el Hércules dos partidos de mucho tajo, de bombardeo continuo contra su portería. En esos encuentros el encargado de situarse bajo palos será Iván Buigues, el guardameta que ha elegido Tevenet para afrontar el torneo del ko. Recibir más de diez disparos por duelo permitirá que el de Mutxamel pueda exhibir en un gran escaparate todas las cualidades que se le atisban y que ha cultivado durante muchos años, primero en la cantera y después en el primer equipo blanquiazul. Una actuación positiva en escenarios de alcance global como el Camp Nou o el Santiago Bernabéu llamaría la atención de numerosos conjuntos por el alicantino.

El interés por ficharle por parte de los directores deportivos de turno seguro que incrementa cuando comprueben que el 1 de julio Buigues queda libre para firmar por cualquier club. El Hércules debe anticiparse a esto y afrontar una decisión coyuntural, que puede marcar durante la próxima década el devenir de una posición tan importante en el fútbol como es la de portero. Contar con un meta de garantías es un alivio para todo equipo. Si además se trata de un jugador formado en tu cantera y con una conexión especial con la grada, no hay más que hablar.

La buena taquilla que dejará un partido en el Rico Pérez contra un grande del fútbol español supondrá un alivio para las arcas del club y dejará más margen de actuación a los responsables de la configuración deportiva del equipo, dentro de lo complicada que es la realidad cuando se habita en Segunda B por tercera campaña consecutiva. Entre la lista de tareas que deben afrontar a corto plazo Dani Barroso y Javier Portillo, no hay ninguna que les urja más que la de garantizar la continuidad de Buigues.

Los miembros de la comisión deportiva tienen dos fechas marcadas en rojo en su calendario de actuación. La primera es la del 30 de noviembre, momento en el que se disputa el primer encuentro de la próxima eliminatoria de la Copa del Rey. La segunda es la del 31 de diciembre. A partir del día siguiente Buigues será libre para comprometerse con el club que quiera. También pueden volver a surgir los fantasmas de una marcha prematura, como ya ocurrió este verano cuando el canterano y su agente, Joaquín Vigueras, plantearon la opción de marcharse al Marbella, actual líder del Grupo IV de Segunda B. La posible salida del de Mutxamel en el mercado de invierno caería como una bomba en el vestuario blanquiazul y desestabilizaría al grupo que dirige Tevenet.

La decisión no se debe demorar, sobre todo cuando todos los técnicos coinciden al señalarle como el guardameta del equipo durante la próxima década. Dejarle escapar sin recibir una contraprestación económica a cambio supondría un error garrafal. Distinto sería si algún conjunto estuviera en el futuro dispuesto a pagar por su traspaso, como lo sucedido con Álex Muñoz y el Sevilla. El Hércules debe ser un club de cantera dispuesto a financiarse con la venta de sus jóvenes. Para que ello suceda con Buigues primero hay que amarrar su continuidad. Ha llegado la hora de su renovación.