Ramón no cesó de buscar un diagnóstico favorable para la práctica del fútbol, pero no lo encontró. Hasta tuvo una rocambolesca cita con el doctor Christiaan Barnard, el primer cirujano en la historia que logró trasplantar con éxito un corazón humano.

El encuentro entre ambos, organizado por el extinto diario El Alcázar aprovechando una visita del médico a Madrid, fue fugaz ya que Barnard tenía prisa y sólo le puso la mano en el pecho a Ramón.

«Pareces un chico sano», se limitó a decirle. Las opciones de seguir jugando al fútbol profesional se desvanecían definitivamente.