El Hércules se plantó anoche en la gran final por el ascenso a Segunda, en la que probablemente se medirá con el Cádiz o el Sevilla Atlético, tras eliminar de manera agónica a un Toledo que coleccionó ocasiones claras y acabó lamentando la falta de puntería de sus atacantes y la inspiración del portero Chema.

Como ya sucediera en el partido vuelta ante el Tudelano y en el de ida frente al Toledo, el Hércules jugó con fuego y estuvo muy cerca de quemarse. Y eso que el conjunto de Onésimo dio todas las facilidades del mundo en su retaguardia. Nada más comenzar el choque, en el minuto 2, Javi Flores cabeceó hacia atrás un balón en el centro del campo y esa acción inofensiva se convirtió en una asistencia para Mainz, que sólo tuvo que acelerar para plantarse delante de Manolo, al que batió con un disparo cruzado (1-0).

El Toledo no acusó el golpe y se adueñó del balón de manera descarada, ya que seguía teniendo el mismo objetivo: marcar dos goles para pasar la eliminatoria. Pese al dominio y las llegadas, el siguiente en golpear fue el Hércules, en un saque de esquina, a través del canterano Álex MuñozÁlex Muñoz. Su remate de cabeza cruzado puso el 2-0 y ni el más pesimista de los sufridores seguidores blanquiazules imaginaba entonces que acabaría pidiendo la hora con el corazón en un puño.

Tampoco afectó al cuadro de Onésimo el segundo puñetazo directo al mentón. El Toledo fue protagonista y su presión alta metió en problemas a Vivi, Juanma Espinosa y Miñano, que incurrieron en numerosas pérdidas. Incluso Peña parecía desconocido y desbordado por las subidas del lateral Expósito. De hecho, por esa banda llegaron los dos goles siguientes.

El primero, en el 28, nació de las botas del punta Esnáider, que cayó a banda para meter un buen centro al corazón del área, donde el central Mikel remató sin oposición (2-1). Esta diana desdibujó aún más al Hércules que perdía el balón con una rapidez y una facilidad inusitadas. En el 37', Chema echó mano de sus reflejos para despejar milagrosamente un remate a la media vuelta de Echaide y ya en el 45', cuando los blanquiazules pedían a gritos el descanso, llegó el merecido 2-2 que puso la congoja a todos los herculanos. Un gran centro de Expósito desde la línea de fondo encontró la cabeza del espigado Roberto, que mandó el balón lejos del alcance de Chema.

El Toledo fue mejor que el Hércules en juego e intensidad durante toda la primera parte y aún así Vicente Mir no movió el banquillo en el descanso, por lo que el sufrimiento estaba garantizado.

En el segundo acto, un par de aproximaciones de Chechu y Javi Flores dieron paso a una ocasión clamorosa que desperdició el bullicioso Esnáider. El Toledo se plantó en el área rival con facilidad, Expósito asistió desde la derecha y el remate raso del argentino fue repelido con el pie por Chema cuando se cantaba el 2-3.

Con el paso de los minutos, las fuerzas se igualaron porque algunos jugadores como Peña dieron un paso adelante y porque el desgaste empezó a pasar factura al oponente. Avisaron los blanquiazules con una contra de Mainz a pase de Vivi y un remate de cabeza de éste último que no encontró portería cuando lo tenía todo a favor. Pero de nuevo el Toledo dispuso de otra ocasión de oro, tambiéne en las botas de Esnáider. En una jugada casi calcada a la anterior, esta vez el atacante quiso ajustar su disparo raso al palo y se marchó fuera por muy poco. Ahí pudo estar la eliminatoria.

Con el rival volcado, una extraordinaria maniobra de Peña dejó sólo a Chechu delante del portero, quien le derribó en la salida y se fue a la calle en el 74'.

Pese a la superioridad numérica, el Toledo persistió, jugó sólo con un central y nunca perdió la fe. Acosó a los blanquiazules y en el 90 dispuso incluso de un saque de esquina que heló la sangre a más de uno.

Con una importante dosis de suerte, el Hércules selló su pase a la gran final, donde probablemente se enfrente al Cádiz o al Sevilla Atlético, que hoy definen sus eliminatorias ante el Racing y el Logroñés, respectivamente.