El Hércules se ha abonado a las victorias por la mínima en la promoción de ascenso y, si continúa por esta senda, es inevitable que acabe en Luceros el 25 de junio. Tras el 0-1 de Tudela y el 1-0 del Rico Pérez, el conjunto blanquiazul golpeó ayer primero en su eliminatoria ante el Toledo tras sufrir más de lo deseable en el Salto del Caballo, sobre todo en la primera parte.

El partido, muy tenso y con 11 amarillas por el listón tan bajo que puso el árbitro, se decidió en un contragolpe extraordinario que originó Javi Flores, dio continuidad Nieto con un pase de muchos quilates y culminó Chechu Flores con un recorte inapelable ante el portero Manolo. Esta jugada aislada bien puede valer una eliminatoria más igualada que la primera ante el Tudelano ya que el Toledo deja jugar pero también juega y hace daño.

El equipo de Onésimo, sancionado en la grada con tres partidos, superó en casi todo al Hércules en la primera parte. El propio Mir reconoció que su oponente tuvo una marcha más y mereció golpear primero. Pero la ocasión más clara, en el minuto seis, fue repelida de manera milagrosa por Chema Giménez en un alarde de reflejos. El remate de cabeza a bocajarro de Jokin Esparza en el segundo palo se encontró con la mano salvadora del meta oriolano cuando el 1-0 se cantaba en la grada.

Especialmente angustioso para el Hércules fue el último cuarto de hora antes del descanso. Los locales se vinieron arriba al constatar las dudas en el oponente, que sólo se dedicaba a achicar agua, con Atienza, Álex Muñoz y Peña al mismo nivel altísimo de la segunda vuelta. En el 38', Juanma Espinosa despejó de cabeza un balón en el área pequeña que iba a ser rematado por Roberto en posición inmejorable. Los blanquiazules pedían a gritos el descanso ya que el 0-0 era un botín nada desdeñable vista la superioridad del cuadro de Onésimo.

En la segunda mitad, el Hércules encontró un aliado inesperado en el cansancio del Toledo. Las piernas de los locales ya no respondían igual, el calor hacía mella y las fuerzas se equilibraron. Aún así, Esnáider, hijo del exjugador del Zaragoza y del Real Madrid, dispuso de una buena ocasión en el 56' al avanzar sin oposición en el área, pero definió con bisoñez a las manos de Chema cuando tenía toda la portería a su favor.

El Toledo bajó notablemente el ritmo, pero el Hércules seguía sin asomarse al área local. Y la única vez que lo hizo encontró el mayor premio posible. El 0-1 nació en el centro del campo de las botas de Javi Flores. Sacó el balón con clarividencia entre dos rivales y se lo dio a Nieto. El madrileño levantó la cabeza, vio una autopista en la banda izquierda y sirvió una asistencia de muchos quilates que dejó a Chechu Flores el camino expedito hacia el meta Manolo, que había sustituido a Doblas en el descanso. El jiennense, lejos de ponerse nervioso, levantó la cabeza, recortó al portero y marcó con la izquierda una diana que puede valer su peso en oro y enloqueció a los más de 400 blanquiazules desplazados al Salto del Caballo.

El 0-1 noqueó a un Toledo sin fuerzas y que en la primera parte lo había hecho todo para adelantarse. Los locales se lanzaron al ataque asumiendo muchos riesgos y el panorama ahí era esperanzador para el Hércules, que podía matar el partido a la contra ya que había hecho lo más difícil. Pero ese guión saltó por los aires sólo tres minutos después del gol de Chechu, cuando Álvaro vio la segunda amarilla y se fue a la ducha antes de tiempo (75'). El partido le tenía preparado al Hércules una dosis extra de sufrimiento.

Chechu Flores, que había pedido el cambio poco después de marcar, le comunicó a Mir que se olvidara de eso. Se marchó al lateral derecho, levantó la mano y dijo al banquillo: «Aquí me quedó yo». Y él fue el encargado de desbaratar la aproximación más peligrosa del Toledo, en el minuto 85. Jokin Esparza se disponía a rematar solo dentro del área pequeña, pero apareció el jiennense para despejar de cabeza y enviar a saque de esquina. Ahí murió un partido en el que el Hércules sufrió y apretó los dientes para golpear primero en el Salto del Caballo. Ya queda menos.