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¿Cuarto poder?

El Rico Pérez cree y el Hércules duda

El Rico Pérez cree y el Hércules duda

El Rico Pérez mostró ayer el camino al Hércules; le enseñó la hoja de ruta para esta promoción de ascenso. En estos tiempos del compromiso incondicional y el «nunca dejes de creer», la afición blanquiazul hizo una demostración de fe frente a las dudas e inseguridades de su equipo ante un más que digno Tudelano. Primero, la entrada fue magnífica, con más de 12.000 fieles en una tarde de sol y playa y festival de paellas fogueriles. Luego, ya durante el partido, la hinchada se volcó con los suyos, que tuvieron un día muy irregular. Acostumbrada a sufrir por tradición, la gente del Hércules alentó cuando tuvo que animar y fue indulgente y comprensiva con los malos momentos del equipo, que fueron demasiados con lo mucho que había en juego. Puede que confiado en exceso por el 0-1 de la ida y su teórica superioridad, el conjunto de Mir se dejó ir desde el minuto 10 y pasó más apuros de los previstos para sacar adelante el partido y la eliminatoria. Empezaron bien los alicantinos, con ritmo y posesión, pero la presión alta del equipo navarro les incomodó mucho y se sucedieron las pérdidas de balón y las imprecisiones. Cumplido el primer cuarto de hora, los visitantes tomaron el mando y la iniciativa. Hasta el punto de que metieron el miedo en el cuerpo con un disparo al palo de Bravo con Chema batido. Por entonces, el Hércules ya se había entregado a la calidad de Javi Flores como primer argumento, muy bien secundado por Atienza en el eje de la defensa y Espinosa y Vivi en el doble pivote. El interior cordobés dejó solo a Mainz ante el portero con un excelente pase, pero el delantero remató al muñeco. Poco después, el «10» fabricó el penalti de la victoria con una gran maniobra en el área navarra. Tras el descanso, las dudas blanquiazules fueron a más y el Tudelano llegó a poner cerco a la portería alicantina. Buscó el empate con ahínco y lo mereció, pero otra vez el palo y la gran actuación de Chema lo impidieron. Tardó demasiado Mir en refrescar al equipo, que se vio aturdido y por momentos cercado, pero los males no fueron a más y el primer obstáculo se salvó con éxito y el sufrimiento de una gran parroquia. Como manda la tradición.

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