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Del Rico Pérez al Rico Pérez

Álvaro regresa doce años después al estadio en el que debutó en Segunda B con el Alicante

Álvaro posa ayer con su hija en el Rico Pérez. pilar cortés

El 11 de abril de 2004, Pepe Bordalás ordenaba a Álvaro García -un chaval de 17 años de cara angelical que invitaba a rebautizarle como 'Alvarito' calentar para debutar en Segunda B con el Alicante CF. Tan solo faltaban segundos para que el partido ante el Barcelona B acabara y posiblemente el técnico buscara en ese momento arañar tiempo para hacer valer el 1-0 que campeaba en el Rico Pérez, sin embargo, a esas alturas, Bordalás ya intuía que esa joven promesa iba a formar parte de su escuadra en los años venideros. De esa forma entró Álvaro García Cantó (La Romana, 1986) en el fútbol profesional que le ha devuelto doce años y seis equipos más tarde a su punto de partida, el Rico Pérez, esta vez de la mano del Hércules.Hércules

'Alvarito' destacó como alumno aventajado de su generación en el Aspe, de la mano de Manuel López Botella, entonces coordinador del club aspense. En ese rincón del Vinalopó también brotaron valores como Pedro (hoy en el Zaragoza) o Vicente Pérez Madrid (Numancia). Su proyección en categorías inferiores con el Aspe le llevó al Valencia de cadetes, equipo que se proclamó campeón de España de la categoría. No resultaba extraño. El joven de la Romana coincidió ese año con David Silva (hoy en el Manchester City), Sisi (Osasuna) y Nacho Insa (ex Celta), entre otros. Pese al éxito, cambios en el fútbol base valenciano motivaron su regreso a Alicante, donde López Botella volvió a ejercer un papel fundamental en su trayectoria deportiva. El técnico aspense contactó con Basilio Patiño para colocar a Alvarito en el juvenil del Alicante, club presidido entonces por Antonio Solana, y el chaval hizo el resto. «Rápidamente nos dimos cuenta de que el niño iba a por todas», recuerda Dani Barroso, entonces secretario técnico alicantinista. Bordalás no tardó en subirle al primer equipo, donde encontró acomodo serio en 2004. «Nos llamó la atención», recuerda el hoy entrenador del Alavés, «Es listo, ágil, hábil... Y ha madurado con la edad. Al Hércules le va a venir muy bien».

Alvarito siguió en el Alicante hasta 2008, contribuyendo al ascenso a Segunda A. A partir de ahí probó suerte en el Cádiz, con el que sumó su segundo ascenso a Segunda, y Racing de Ferrol hasta encontrar acomodo en el Alcoyano, con quien también alcanzó la Segunda A contribuyendo de forma decisiva al logro. Dos goles suyos en el Bernabéu sirvieron para dejar en la cuneta al Castilla en la promoción de ascenso, cuyo camino siguió con éxito en las eliminatorias ante el Eibar y Lugo. Ya en Segunda A con el Alcoyano siguió brillando «sobre todo en un partido ante el Elche, en el que anotó dos goles y lo bordó», recuerda López Botella.

La carrera del futbolista de La Romana continuó en Grecia, con el Asteras Tripoli -donde estuvo seis meses-. Su regreso a España le condujo brevemente al Cartagena, y de ahí dio el salto al Leganés, donde conseguiría el cuarto ascenso de su carrera a la división de plata.

Con el club madrileño, además, redondeó una buena campaña en Segunda, jugando 35 encuentros y anotando cuatro goles. «Por mi condición de entrenador del Alcorcón vi muchos partidos del Leganés el año pasado», apunta Bordalás, «y me extrañó que Álvaro no renovara. Hizo una gran temporada. Es muy bueno en la estrategia y se amolda a las tres posiciones de la mediapunta, además de tener desparpajo y gol».

A sus 29 años, y tras una tormentosa última etapa en Valencia, Álvaro regresa a Alicante, al Rico Pérez como herculano para recibir «un regalo de Reyes» después de sentirse «abandonado» y «vivir penurias» en el ya desaparecido Huracán.

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