La escena se repite en cada entrenamiento del Hércules del último mes: el lateral Rafael Ramos «Rafita» suda la gota gorda realizando carrera continua mientras sus compañeros trabajan en grupo en la preparación del partido de turno. «Lo está pasando bastante mal», afirmaba ayer un empleado del club. Y no es para menos. Rafita, llamado a ser titular indiscutible por segunda temporada consecutiva, se lesionó en el tercer partido de Liga, ante el Villarreal B, y desde entonces no ha dado señales de vida.
Sufrió un esguince en su rodilla derecha del que aún no está recuperado dos meses después. Las molestas van y vienen y, por ejemplo, ayer sentía dolor en algunos movimientos en carrera. Evidentemente está descartado para el derbi de Elda del próximo domingo (12.00 horas) y no tiene fecha de regreso. «Ni yo me atrevo a ponerme plazos», afirmaba el jugador a los periodistas mientras corría por la banda del campo de césped artificial del Montemar.
, Rafita intensificó el trabajo, pero en un golpeo de balón percibió un dolor intenso. El doctor Ripoll descartó la rotura del ligamento, pero calificó la acción como «toque de atención», y amplió el periodo de baja un par de semanas más. Pero las sensaciones siguen sin ser buenas. También fue examinado recientemente por un segundo médico que determinó lo mismo: el ligamento no está más afectado.
El técnico Manolo Herrero ha reconocido públicamente que la recuperación del balear va «más lenta de lo esperado» y ya asume con resignación que su vuelta no está cercana. Se ha perdido los ocho últimos partidos, nueve con el de Elda, y sólo pudo completar los encuentros ante el Atlético Levante y Alcoyano.
La renovación de Rafita, de 33 años, fue una de las que más le costó al director deportivo Dani Barroso el pasado verano ya que tenía ofertas superiores de ligas extranjeras. Finalmente el club hizo un esfuerzo y el jugador prolongó su contrato con la cláusula de otro año más en caso de ascenso. Está llamado a marcar diferencias y Herrero le da especial importancia a las subidas de los laterales porque quiere un equipo profundo.
Por suerte para el entrenador y para el equipo, el inglés Connor James está superando todas las expectativas como lateral derecho. Zurdo cerrado, el joven jugador, de 22 años, se ha adaptado al otro lateral con una facilidad pasmosa y, de hecho, en el último partido ante el Huracán fue uno de los más destacados del Hércules. La rapidez es su mejor virtud y ofensivamente cada vez juega con más confianza y desparpajo. Ayer reconoció que no esperaba disputar tantos minutos. «Ha sido una sorpresa para mí, esperaba jugar mucho menos. Y sé que hacerlo en mi lateral está muy caro por el nivel de Peña. Le agradezco al entrenador las oportunidades que me da y espero seguir aprovechándolas», afirmó ayer el exjugador del Mallorca B.
Connor aseguró que ahora se atreve «a hacer más cosas» en el aspecto ofensivo pese a jugar a pierna cambiada y reconoció sentirse «extraño» jugando como extremo ante el filial del Valencia. «Hacía mucho que no ocupaba esa posición y básicamente mi tarea era defender las subidas del lateral (Akapo). Ahora me encuentro más cómodo de lateral en cualquier banda», señaló ayer en Montemar.
