Motivación no le faltará a Adrià Granell (Valencia, 1986) el próximo domingo en el Rico Pérez. El jugador del Huracán Valencia reconoce que aún tiene «la espina clavada» de no haber rendido al nivel esperado en el Hércules del año pasado.
Enhorabuena por marcar el sábado su primer gol de la temporada...
Muchas gracias. Rematé bien una asistencia de Tariq y me hacía falta el gol porque he estado varias semanas sin jugar por una lesión muscular.
En el Huracán han entrado nuevos gestores y dimitieron el entrenador, el director deportivo y el presidente. ¿Cómo afecta esto al equipo?
Es una situación difícil, hay marejada en el club. Nosotros intentamos aislarnos de todo lo que pasa y centrarnos en lo deportivo.
¿Es cierto que no están cobrando?
Tenemos algunos retrasos, pero eso, lamentablemente, es algo habitual en el fútbol actual y más en estas categorías. Los nuevos gestores están intentando darnos garantías de cobro, pero aún no está claro.
¿Por qué decidió volver al Huracán este verano?
Tenía varias ofertas de Segunda B pero decidí volver aquí porque estaba en casa y porque deportivamente era atractivo. El Huracán ha estado muy cerca del ascenso ya dos años.
Su temporada en el Hércules tuvo más sombras que luces...
Fue un año muy complicado para mí por las lesiones, más en concreto por la rotura muscular sufrida ante el Badalona y que me dejó los tres últimos meses sin poder jugar. Siempre me sentí querido por los entrenadores y por la afición, pero es cierto que no pude mostrar mi fútbol, sólo algunos detalles en las primeras jornadas. Este verano me fui con la espina clavada de haberme perdido los diez últimos partidos de Liga y los cuatro de promoción. Me recuperé justo cuando acabó el partido de Cádiz y eso es frustrante y muy duro, fue una pena.
¿Tenía la ilusión de que el Hércules le ofreciera la renovación?
Tenía la ilusión de acabar jugando y renovar. Cuando estuve bien, fui un jugador importante y tanto Pacheta como Herrero confiaban en mí. Pero me lesioné y en el fútbol todo se olvida rápido. Me hubiera gustado que me dieran un voto de confianza para seguir, pero no fue así.
Los también exherculanos Javi Casares y Fernando Rodríguez han reconocido públicamente su malestar por el trato recibido en su adiós. ¿Usted también está decepcionado?
Lo mejor que teníamos el año pasado era el vestuario, era una gran familia, pero fuera del campo el trato que recibíamos no era siempre el mejor. Por ejemplo, Javi (Casares), Indiano y yo lo pasamos muy mal con nuestras lesiones y el trato nos faltó un poco de cariño. Pero, por ejemplo, siempre le agredeceré al fisioterapeuta Tomás (Carratalá) el trabajo que realizó.
¿Afronta su regreso al Rico Pérez con un extra de motivación?
Es un partido especial porque mi etapa en el Hércules está muy reciente. En ningún equipo en el que he estado hubo una piña tan buena en el vestuario y siguen muchos compañeros. Y también tengo ganas de jugar allí porque la afición siempre me trató de maravilla.
El domingo le marcará Chechu Flores, improvisado lateral por la baja de Rafita. ¿Le sorprende verlo en esa posición?
No, puede jugar en cualquier posición en esta categoría, va un punto por encima del resto de jugadores. Lo que hizo el año pasado fue espectacular.
Ahora que usted ya está fuera, ¿es cierto que los jugadores del Hércules están sometidos a mucha presión?
Hay muchas urgencias porque un club así no puede estar en Segunda B. Pero, por ejemplo, la afición es muy agradecida, a poco que le das, se vuelca con el equipo. También es cierto que el año pasado «apretaban» mucho desde la directiva.
¿Está el grupo III más abierto que nunca?
Sí, es el grupo más difícil. Más de diez equipos aspiran a jugar la promoción y de ahí la igualdad.
