Los primos José Rodríguez y Kiko Rodríguez hace poco más de diez años que tomaron caminos diferentes y el caprichoso fútbol ha colocado a ambos en situaciones antagónicas. El primero firmó en verano un suculento contrato por cuatro temporadas con el Galatasaray (a razón de 800.000 euros por año) mientras que el segundo empieza de cero en el filial del Hércules, de Preferente. Ambos tienen 21 años y comenzaron su carrera en el Villajoyosa, equipo de su pueblo. «Jugamos juntos hasta que José se marchó al Hércules en infantiles, luego allí sólo estuvo un año o dos porque le fichó el Madrid siendo todavía cadete», recuerda el herculano Kiko.
Su primo José siguió dando pasos en las categorías inferiores del Madrid hasta que el portugués José Mourinho se cruzo en su carrera y le dejó «bendecido». «La verdad es que tuvo suerte porque con Toril (técnico del Castilla) no jugaba casi nada. Pero a Mourinho le gustaba mucho y cuando marcó en la Copa del Rey contra el Alcoyano todo fue una locura», afirma Kiko. Su primo se ganó desde entonces, y de repente, el estatus de jugador de élite y la pasada temporada estuvo cedido en el Deportivo de la Coruña, equipo en el que apenas tuvo minutos. Pero eso no fue impedimento para que el Galatasaray le pusiera mucho dinero encima de la mesa y además el «caramelo» de jugar Liga de Campeones. De hecho fue titular en el partido ante el Atlético y ahora comparte vestuarios con jugadores de la talla de Sneijder, Eboué o Podolski.
A Kiko, todo eso le queda muy lejos. Ahora intenta recuperar el tiempo perdido con el filial del Hércules por los campos de Preferente. «Mi objetivo es debutar con el primer equipo y relanzar mi carrera», asegura. Cuando su primo se marchó al fútbol base del Madrid, él hizo las maletas rumbo a Valencia. Y no le fue nada mal, llegó a ser campeón de España con la selección valenciana sub'18 y militó en el División de Honor che. Pero la entrada de Amadeo Salvo y los nuevos directivos propició el primer gran giro de su trayectoria: «Yo estaba cedido en el Puerta Bonita de Madrid y en el Valencia dijeron que de los cedidos no querían saber nada, así que tuve que buscar equipo. Mi anterior representante me dijo que había llegado a un acuerdo con el Getafe para jugar en su filial, pero el último día me dijo que todo se había roto y me quedé tirado. Finalmente volví a casa y me incorporé en el Villajoyosa, de Preferente, pero cuando ya se habían jugado seis partidos», explica Kiko, ahora en el Hércules B. «Este verano tuve muchas ofertas de Tercera y algunas interesantes como las del Orihuela o el Jove, pero hablé con Palomino (coordinador de la cantera) y preferí jugar en Preferente con el Hércules a la espera de una oportunidad», añade.
Proyección
Por lo pronto es titular indiscutible en el filial y ha entrenado cuatro veces con el primer equipo. Kiko, al igual que su primo, es centrocampista, aunque de características más ofensivas. De hecho ahora juega de mediapunta. Palomino le define así: «Técnicamente es bueno, tiene mucha movilidad, buena salida de balón y buenos golpeos a balón parado. Es dinámico y se orienta muy bien. Es uno de los jugadores con los que trabajamos porque pensamos que tiene posibilidades de futuro».
