El Hércules entra en recesión. Pacato con el fútbol desde el inicio, el equipo alicantino acabó desquiciado ante el Reus, segundo rival que se lleva los tres puntos en este inicio de temporada del Rico Pérez. De fútbol poco hay que decir, porque no hubo casi nada. Nunca anduvo cómodo el bloque de Herrero, falto de juego creativo y con un desierto entre el medio centro y el ataque, una zona despoblada donde no hay vida. El entrenador pareció dar con la tecla en la recta final, reforzando el centro del campo y apostando con Gato como 9, pero el mismo Herrero derrumbó su arquitectura variando lo que apuntaba buenas maneras.

Al final, a Herrero y al Hércules les salió cruz porque faltó juego y sobró un esprint de Haro en el minuto 90, con los alicantinos con diez por expulsión de Espinosa. El catalán se metió entre los centrales y acabó amargando del todo la aciaga tarde del conjunto local.

Herrero volvió a tirar de su, por ahora, escudo favorito. Yeray y Espinosa se juntan como antidisturbios, pero no muestran dotes para avanzar con claridad hacia el escalón de arriba, señal inequívoca (con Miñano en el banquillo e Indiano en la grada) de que el entrenador herculano prefiere por ahora discutir por las bravas. Con ese candado en el medio campo, el Hércules se queda a ciegas en la elaboración, entregado a alguna aparición de Gato, el jugador con más traza del bando local.

Los primeros titubeos que ayer partieron del banquillo herculano aparecieron en el once. Independientemente de que Herrero volviera a cambiar la titularidad del 9, apostando por Portillo en lugar de dar continuidad a Mariano, sorprendió la suplencia de Cuevas. Colocó a Gato como segundo punta y dio entrada a Gallar como extremo izquierdo.

El primer traspié llegó con un balón largo que encontró en la lentitud de Rojas el camino del castigo. Edgar Hernández, un delantero fogoso y hábil, martirizó como quiso a los centrales herculanos, comenzando por Rojas, del que extrajo una tarjeta y un penalti que transformó Álex Colorado (0-1, m.9).

La producción del primer acto herculano pasó por el juego a balón parado. Gallar sacó a la grada del tedio con una falta directa que se coló por la escuadra (1-1, m.31), un minuto después de que Gato rematara al larguero desde cerca.

Puesto a no jugar al fútbol, el propio Hércules dio vidilla al Reus, que antes del gol de Gallar advirtió con una buena acción que Edgar no acertó a definir.

Al descanso, Herrero cambió el andamiaje con la entrada de Cuevas y dio rienda al peregrinar de Gato, obligado a desempeñar funciones de extremo izquierda, media punta, delantero centro y extremo izquierda. Cuando más rindió el de Benidorm fue cuando se ubicó como falso 9, con Cuevas por detrás, una vez desalojado Portillo con la entrada de Miñano para reforzar el centro. Ahí llegó la ocasión del 2-1, la más clara del Hércules en el segundo acto, con un centro a media altura de Nieto que Gato remató en plancha. El remate no fue gol única y exclusivamente porque el portero del Reus sacó una mano extraordinaria. Inmediatamente después, a Herrero le dio por agitar el frasco, alterando su último experimento: sacó a Gato del centro para colocar a Mariano. Resultado: el Hércules perdió presencia en la zona caliente.

Con las luces cortas y Miñano colgado por la izquierda, en un lugar perdido para entrar en juego, el partido regresó al guión del atasco, con fútbol a trompicones.

Para colmo, Espinosa metió el pie en la recta final de mala manera y acabó viendo la segunda cartulina amarilla, por lo que el Hércules tuvo que afrontar los últimos minutos con un hombre menos.

Entre temblores y falta de autoridad, Haro, un futbolista rápido que Natxo González sacó al campo en la última media hora, birló la pelota y se coló entre los centrales para superar a Iván Buigues en la cita definitiva. (1-2, m.90).

La derrota deja al Hércules en mala posición y mete al bloque en un mar de dudas a las primeras de cambio. Del conjunto que comenzó trenzando buen fútbol en la jornada uno no hay ni rastro. El equipo ha perdido la referencia y el entrenador, el norte a base de variaciones tácticas que aportaron más oscuridad que otra cosa. Urge cambiar ya.