El Reus vuelve a la carga. Por lo que se ha podido observar en estas primeras cuatro jornadas, el equipo entrenado por Natxo González ha arrancado con decisión: dos victorias y dos empates. Aún no ha perdido. Y lo que es más importante, transmite la sensación de que el grupo no solo que esté comprometido, sino que materializa en el césped el mensaje del entrenador. Como Manolo Herrero en el Hércules, Natxo inicia su segunda temporada al frente del banquillo rojinegro y, de esta forma, es muy probable que las ideas calen más profundamente. Para el partido de esta tarde hay una premisa clara. El cuerpo técnico vio el choque de los alicantinos ante el Villarreal B y se quedó sorprendido de la intensidad que impusieron los locales durante la primera media hora. Pudieron caer tres goles a favor y al final cayeron cuatro en contra. Cosas del fútbol. Pese a que el guión nunca se sabe, sí es cierto que se pueden prever muchas situaciones. Los buenos entrenadores van en esa dirección y el del Reus es uno de ellos. «Somos conscientes de que el Hércules es el club más poderoso en todos los sentidos y por eso el reto es maravilloso. Sabemos de lo que es capaz de generar en el Rico Pérez. Por eso intentaremos que durante el primer tercio del encuentro generarle dudas», añadió Natxo. Las armas principales para combatir al escuadrón herculano van a ser dos y ambos tienen el mismo nombre: Edgar. El portero y el delantero, Edgar Badía y Edgar Hernández, han empezando tan fuertes la competición que están entre los mejores en sus puestos. El meta ha encajado tres tantos en cuatro partidos, es decir, recibe 0,75 goles por cita; mientras que el punta posee las mismas estadísticas, solo que los goles lo que marcado él. Se crecen los Édgar y a ellos se suman la pareja de centrales Moyano y Olmo, el canterano Vaz e, incluso, parece que la aportación de Fernando cada vez es mayor. El Reus va para arriba. Quiere ascender. Y cuando ése es el deseo general, todos reman juntos hacia la misma dirección.