Sólo fue necesario que Pepe León Baraona, representante de la Fundación, levantara su mano, ofreciendo el setenta por cien de las acciones que representa en el accionariado del Hércules al voto negativo, para que la operación acordeón que contemplaba una reducción y ampliación de capital en el club alicantino quedara invalidada.

El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) ya había ordenado por escrito en los días previos que la representación de la Fundación, tenedora de la mayoría de los títulos merced al crédito que en su día avaló el organismo público, debía oponerse a la operación, circunstancia que se cumplió esta mañana al pie de la letra.

El consejo de administración del Hércules propuso un ajuste del capital social como medida a adoptar ante los 23 millones de deuda que acumula. El mismo consejo defiende que tal operación es habitual entre las sociedades con problemas económicos y, en este caso, necesaria.

En este escenario entró también el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, que amenazó al consejo de administración del Hércules con emprender acciones legales sin observaba "inidicios delictivos", dato que causó asombro en el club. De hecho, Carlos Parodi, presidente del Hércules, manifestó a la conclusión de la junta que se han dado todos los pasos atendiendo a la legalidad y como respuesta a la precaria situación económica del club, que precisa de una inyección económica para sobrevivir.

Asimismo, Parodi precisó que hay un "plan B" que pasa por propiciar un acuerdo para aplazar deuda con Hacienda y Seguridad Social, al tiempo que no descartó volver a presentar la operación acordeón tras explicar con detenimiento la situación actual tanto al IVF como al alcalde de la ciudad.