Cualquier herculano hubiera firmado antes del partido una victoria por la mínima que permitiera al equipo de Herrero viajar con ventaja al Ramón de Carranza. Pero el cuadro alicantino tuvo tan cerca un resultado mejor, que el triunfo de ayer dejó un sabor agridulce y un corazón a prueba de casi todotriunfo , ya que los últimos 20 minutos fueron una agonía por las acometidas de un Cádiz no tan fiero como lo pintaban.

El campeón del grupo andaluz y gran favorito al ascenso fue un juguete roto en manos del Hércules al inicio de la segunda parte. Los dos goles del héroe Chechu Flores (que volvió a jugar infiltrado por la rotura de un dedo del pie izquierdo) dejaron noqueado a un Cádiz al que se le aparecieron de golpe todos los fantasmas de antaño. Pero en ese momento crítico apareció el colegiado catalán Ávalos Martos para darle vida con un error grave que al término del partido le delató. El central Josete estorbó a Chema en su salida, en un córner, y el balón le cayó mansamente al delantero Airam, que sólo tuvo que empujarlo. El árbitro reconoció después al delegado Quique Sala que había apreciado «falta leve» y que por eso no la había señalizado. Este guiño arbitral permite al conjunto de Claudio Barragán seguir muy vivo en la eliminatoria ya que, por ejemplo, un 1-0 le valdría para pasar de ronda.

Mucha tensión, poco fútbol

La trascendencia del encuentro derivó en una primera parte de mucho contacto, poco juego y demasiadas imprecisiones. Lo único destacado fue el gol justamente anulado a Portillo por fuera de juego y la buena parada de Chema, que evitó con el pie el gol del Cádiz en el minuto 41 tras un saque de esquina que se complicó.

Todo parecía indicar que tras el descanso la tónica iba a ser la misma, pero apareció un heroico Chechu Flores para firmar un doblete que forma ya parte de la historia del Hércules por sus peculiaridades. La principal es que el jienense caminó durante toda la semana previa con muletas por la fractura de un dedo, pero jugó infiltrado como hiciera en Murcia.

Marcó el 1-0 en una jugada de estrategia tras un buen pase de David González que sorprendió a la zaga visitante. Casi sin tiempo para sentarse, los aficionados asistieron perplejos al 2-0 apenas un minuto y medio después. Miñano abrió de manera precisa a Rafita y el centro del balear lo remató certeremante Flores ejerciendo de «killer». Con 2-0 y el estadio patas arriba, el Hércules jugó como no lo había hecho en toda la temporada. Fluido, rápido y desquiciando al rival. La eliminatoria estaba en el bolsillo, pero el colegiado decidió no señalar «una falta leve» (en sus propias palabras) a Chema que deja al Cádiz muy vivo. El Hércules se echó descaradamente atrás, pasó a jugar con tres centrales y los últimos 20 minutos fueron una agonía.