«Parece que alguien me esté haciendo vudú, no entiendo lo que pasa». Estas fueron las primera palabras del máximo goleador (cinco) del Hércules Adri Cuevas al salir del vestuario del Rico Pérez el pasado domingo. Minutos antes sufrió un esguince de rodilla que le mantendrá alejado de los terrenos de juegos alrededor de un mesesguince de rodilla , por lo que se perderá, como mínimo, los partidos frente al Sant Andreu, Hospitalet, Badalona y Baleares. Es la cuarta lesión del mediapunta cordobés, que está viviendo un calvario en esta temporada en la que debe desempeñar un papel protagonista. «Parece que cuando un año viene así no puedes hacer nada», afirmaba resignado el propio Cuevas.
La lesión del pasado domingo corta de raíz su progresión de las últimas semanas. Reapareció ante el Eldense, pero el rendimiento ofrecido en este partido y en los posteriores ante el Huracán y el Olímpic de Xàtiva dejó mucho que desear, principalmente por el miedo que tenía a una nueva recaída de sus lesiones musculares.
Ante el Ilicitano mejoró sensiblemente sus prestaciones, marcó un gol y dio un pase entre líneas a Fernando que dejó al sevillano solo ante el portero. El nuevo técnico Manolo Herrero se frotaba las manos ante la posibilidad de disponer de la mejor versión de Cuevas ante el líder Nàstic. Al igual que el resto de jugadores, el cordobés comenzó muy motivado el choque, pero la mala fortuna provocó que sufriera un esguince en su rodilla derecha al pelear por un balón dividido con Lago Junior en la primera parte. El lunes fue examinado por el doctor Ripoll, quien estimó un periodo de recuperación de tres a cinco semanas.
El primer partido que se perdió Cuevas esta temporada, curiosamente, fue el Nàstic-Hércules de la quinta jornada por una sobrecarga en el gemelo de la pierna derecha. Pero el verdadero calvario llegó en noviembre. En el derbi de El Collao sufrió una rotura muscular en el bíceps de su pierna izquierda que le dejó fuera de combate para los choques ante el Lleida, Olot y Reus. Volvió ante el Cornellá, con gol incluido, pero recayó de la misma lesión antes de Navidad y no pudo jugar ante el Zaragoza B y el Mallorca.
Al margen del «via crucis» particular de Cuevas, los problemas físicos le llegan ahora al Hércules en el eje de la zaga, donde menos efectivos tiene tras la salida de Pardo en el mercado invernal. El canterano Álex Muñoz sigue de baja por su esguince de tobillo y no se vestirá de corto el domingo en Sant Andreu (12.00). Para este partido es seria duda Fran González por una microrrotura y si el cordobés no llega a tiempo, Herrero deberá improvisar de nuevo con Lázaro como central, como ya hizo en Elche.
Por otra parte, El Hércules afrontará el choque de Sant Andreu con la amenaza de suspensión de un partido para Paco Peña, Rafita, Carlos Lázaro y Adrià Granell.
Los cuatro jugadores se encuentran a una tarjeta amarilla de cumplir el ciclo de cinco amonestaciones, el segundo en el caso de Peña y Lázaro, que ya se perdieron un encuentro de Liga tras ver las cinco primeras tarjetas amarillas.
La posibilidad de que Manolo Herrero pueda perder a alguno de estos jugadores es especialmente preocupante para el técnico para la parcela defensiva, en la que Peña y Ramos son titulares indiscutibles en los laterales. Más aún cuando Álex Muñoz acumula casi un mes de baja por su esguince.
