Cinco mil sesenta seguidores del Hércules «no se han bajado». El club alicantino traspasó la semana pasada la barrera de los cinco mil abonados, un número impensable a comienzos del verano tras el traumático descenso a Segunda División B.
«Esto demuestra que el Hércules no está muerto sino muy vivo», señaló ayer el directivo Juan Carlos Ramírez, ensalzando el paso adelante dado por un sector de la afición «tras el fuerte varapalo» que supuso el descenso.
Una vez más, la masa de incondicionales vuelve a dar la razón a los que defienden que el listón con menos altura que se puede colocar en las taquillas del Rico Pérez nunca baja de cinco mil abonados.
En esta ocasión, no obstante, había serias dudas dado el indisimulado hartazgo del aficionado con la gestión que representa Enrique Ortiz y tras dos años de continuo sufrimiento deportivo. De hecho, desde el propio club las previsiones eran significativamente negativas y alarmantes, anunciadas por el propio presidente, Carlos Parodi, que confesó públicamente que se barajaba una cifra que giraba en torno a los 3.500 socios.
Con todo, el descenso de categoría ha pasado factura entre la afición a través de un buen número de seguidores que se ha apartado del camino sin disimular su descontento y desaprobación con los gestores de la entidad.
Los cinco mil abonados dejan en la caja del Hércules una cifra cercana a los quinientos mil euros, según estimaciones de fuentes próximas al club, que fijan una media de 100 euros por abono.
La entidad alicantina confía en que la marcha deportiva del equipo propicie un nuevo tirón en la segunda vuelta del campeonato, coincidiendo con el abono de invierno que se pondrá a la venta por el mes de enero.
