A Dani Barroso no hace falta que nadie le explique qué es el Hércules ni cómo funciona. Alicantino de adopción, conoce los entresijos del club y ayer fue muy claro en su presentación al referirse a posibles injerencias en la parcela deportiva por parte de consejeros. «Lo diré una vez y no lo volveré a repetir: vengo para dos años y me gustaría estar 20, pero si me tengo que ir a los dos meses, me iré», señaló. Y añadió: «Enrique Ortiz me dejó claro que tengo plenos poderes en el área deportiva y que cualquier decisión es mía. Yo escucharé a todo el mundo, y más si es consejero, pero la decisión final será mía». Así respondió el nuevo director deportivo al ser preguntado por el papel que desempeñará el consejero Juan Carlos Ramírez, quien ya estuvo muy próximo al área deportiva en el Elche.

Dani Barroso, de 48 años, demostró en su presentación que siente al Hércules como su casa, de hecho fue jugador blanquiazul en los 90. Sin nervios, suelto, y llamando a las cosas por su nombre, el nuevo director deportivo defendió con vehemencia a Portillo, quien todavía no ha decidido si seguirá en el Hércules. «No se está siendo justo con él, es víctima de una situación familiar, y su rendimiento no ha sido peor que el del resto de jugadores. Es más, las estadísticas hablan por sí solas y ha sido el máximo goleador del equipo los dos últimos años. En ese sentido no tengo dudas, cualquier análisis que no sea deportivo no me interesa», señaló Barroso, quien, de esta manera, le abrió de par en par las puertas del Hércules a Portillo.

El nuevo director deportivo se ha comprometido por dos temporadas y ha elegido a Pacheta como entrenador, quien este curso ha dirigido al Korona Kielce de la Liga polaca y anteriormente pasó por los banquillos del Oviedo, Numancia y Cartagena. Barroso aseguró que Pacheta, de 46 años, «perderá mucho dinero al fichar por el Hércules» porque tenía ofertas superiores encima de la mesa, una de ellas del extranjero. «Quiero a un equipo intenso, dominador y con carácter, que vaya a saco desde el primer día», declaró. Pacheta tendrá un cuerpo técnico «de la casa» y Lledó podría ser su ayudante.

El máximo responsable de la parcela deportiva recalcó en varias ocasiones que está convencido de que la afición del Hércules «se enganchará» al equipo «cuando vea que se trabaja de manera seria, trasparente y que se hacen las cosas bien».

Barroso asumió con naturalidad la crispación y el enfado de los seguidores tras el traumático descenso a Segunda B. «Espero que me den 100 días de gracia como le dan al Gobierno», bromeó. Y añadió: «El Hércules es un miura herido, hay mucha tensión y lo entiendo perfectamente porque yo fui jugador aquí y sé que la afición es muy exigente. Quiero transmitir esperanza e ilusión, si el equipo está arriba, nuestra gente se va a enganchar, estoy seguro. Ojalá dentro de 12 meses vea el estadio lleno y estemos festejando el ascenso».

Tiempo de rebajas

Respecto a la confección de la nueva plantilla, el director deportivo reconoció que varios jugadores del actual plantel le interesan, pero advirtió de que las restricciones económicas serán importantes. «Sé que algunos jugadores ya han dicho públicamente que se quieren quedar porque están muy identificados con el club, otra cosa es lo que pasará cuando me siente con ellos y les plantee la situación real. Tendremos que jugar también con los años de contrato para compensar», aseveró Barroso, quien añadió: «Tengo claro qué jugadores quiero que sigan del actual equipo, pero sé cuantos se quedarán, ya que seguramente perderán bastante dinero».

Por último, el director deportivo analizó el grupo III de Segunda B que se encontrará el Hércules diez años después: «El grupo III es el peor por los malos campos que hay, no sólo en cuanto al césped, sino también en infraestructuras. Y es muy duro, de hecho, tres de los cuatro equipos catalanes están jugando ahora las dos eliminatorias por el ascenso (Llagostera, Nàstic de Tarragona y Hospitalet). Es cierto que el nivel de Segunda B ha bajado respecto a la última vez que estuvo el Hércules, pero con la camiseta y el escudo no se gana a nadie, debemo ser muy intensos».