La tensión acumulada durante la semana pasada ha dejado a Alberto Carbonell con poco tiempo para preparar el examen de mañana de Matemáticas. Cursa tercero de Economía en la UA mientras mantiene vivo su sueño de vivir profesionalmente del fútbol en el Hércules.

Tras 11 años en la cantera del Hércules, ya puede decir que ha debutado con el primer equipo...

Ya puedo decir que he debutado con el equipo de mi vida después de tanto sacrificio, estoy muy feliz. Llegué al Hércules como benjamín y he visto de todo estos años. He vivido al Hércules en Segunda B, Segunda y Primera. He ido subiendo peldaños hasta llegar arriba.

Debut con victoria y gran actuación individual...

Me salieron bien las cosas y los compañeros me apoyaron durante toda la semana y en el partido. Por ejemplo, Pamarot se alegró incluso más que yo cuando Quique Hernández confirmó la alineación, empezó a abrazarme. Además fue una victoria importante porque todos los equipos de abajo ganaron.

En los minutos finales se le vio fundido...

Sí, en los últimos 15 minutos se me subieron los gemelos por la tensión y los nervios. Aguanté como pude y ya más tranquilo tras el 0-2 marcado por Assulin.

¿Acusó mucho los nervios?

Al principio sí me puse nervioso, pero después me sentí muy cómodo con el paso de los minutos y me centré en lo que tenía que hacer.

Quique ya le dijo al principio de semana que jugaría...

Es cierto, el lunes me dijo que al 99% iba a ser titular. «Te lo digo ya para que se te vayan pasando las cagaleras», me comentó.

Tuvo un compañero de zaga inmejorable con su amigo Pamarot...

Tener al lado a un central tan veterano es muy bueno para alguien joven como yo. En el Jove también juego habitualmente con Soldevilla, que ha tenido experiencia en Primera. Con Pamarot me llevo fenomenal y me habló mucho durante el partido, al igual que Peña.

¿Le emocionó especialmente alguna felicitación después del partido?

En el vestuario me felicitaron todos, incluido Valentín Botella. Y en la grada había un grupo de diez familiares y amigos que viajaron desde Alicante para verme. El abrazo que me pegué después con mi padre nunca se me olvidará, fue muy emocionante.

Usted es el último canterano en debutar, pero Quique ya ha dado protagonismo este año a Sugi y Álex Muñoz...

Quique demuestra cada partido que los canteranos no estamos ahí para rellenar, sino para jugar cuando haga falta, ahí están los casos de Álex Muñoz y Sugi. Además, Baldo y Álvaro también debutaron en la primera jornada.

El salto de Tercera a Segunda es importante, pero por lo visto hasta ahora están a la altura...

Es que en Segunda es más fácil jugar que en Tercera o Preferente porque hay más espacios y te dejan maniobrar más. Por ejemplo, un jugador como Sugi brilla mucho más en Segunda porque hay mejores campos y tiene más espacios.

Falcón también fue determinante en Alcorcón al detener el penalti...

Hizo un partido sublime. El penalti fue un punto de inflexión. A raíz de ese momento nos fuimos hacia arriba, cambiaron las sensaciones del equipo. Primero marcó Portillo y el segundo de Assulin supuso una liberación. Yo me quité un peso de encima con el 0-2 porque sabía que era muy difícil que el Alcorcón nos marcara tres goles.

¿Qué le dijo Quique Hernández cuando acabó el partido?

No suele hablar mucho, pero cuando lo hace te dice las cosas muy claras. Me felicitó y poco más.

¿Y sus compañeros?

Todos me felicitaron y por ejemplo Ferreiro bromeó con mi físico, porque tengo las piernas muy arqueadas y soy desgarbado. La verdad es que no soy un jugador muy estético y me dijo que parecía su padre o un jugador con 200 partidos en Primera.

¿Qué tal compagina los entrenamientos diarios con sus estudios de Economía?

Se puede compaginar, pero es difícil. Por ejemplo, el martes tengo un examen de Matemáticas que no he podido preparar bien porque la semana pasada fue de mucha tensión y el sábado llegamos a las tres de la mañana a Alicante. Cuando acabé mi etapa de juvenil tenía claro que quería seguir probando suerte en el fútbol y también que no podía dejar de lado mis estudios. Lo hablé con mis padres y lo llevo bien. Si no puedo cogerme diez asignaturas, pues me cojo menos para poder prepararlas bien.

El Hércules busca central en invierno...

Ya lo sé, yo estoy ahí para lo que haga falta y lo que diga el entrenador, sé que soy un canterano.

¿Cuándo acaba contrato?

Pertenezco al Hércules este año y otro más.

Usted es el mejor amigo que tiene Sugi en la plantilla. ¿Cómo va su adaptación?

Cada vez mejor, pero es complicado porque culturalmente es muy diferente a los españoles. Para mí es como un hermano, pasa mucho tiempo con mi familia y también soy su taxista. Su problema añadido es que es muy vergonzoso y reservado. Y tal vez por eso no habla más en español. Su vida en la Villa Universitaria (San Vicente) consiste en ver noticias en japonés y salir a correr, por eso yo le sacó de allí siempre que puedo.