Desde que tengo uso de razón, en mi familia se han sentido los colores del Hércules C.F de una forma muy pasional. De hecho no podría pensar en este equipo sin que en mi mente aparecieran algunos de mis familiares más queridos, que me enseñaron la forma en la que amar estos colores (mi tía Carmen, mi padrino, mi abuelo y en estos momentos, mi padre).

Pues bien, el miércoles pasado, acudí al estadio Martínez Valero junto a mi pareja, para ver al otro equipo por el que bebo los vientos, el Real Madrid. Me hacía ilusión poder ver a todas sus estrellas tan cerca, y disfrutar un rato y en directo de fútbol de primera.

Debo reconocer que me sentía en territorio hostil€ Verme rodeada de tanto verde por todos lados me hacía sentir de todo menos tranquila. Pues bien, minutos antes de que comenzara el partido, desde la megafonía animan a todos los seguidores del Elche a levantar sus bufandas para entonar todos al mismo tiempo «Aromas ilicitanos»€ ¡Se me puso la piel de «gallina»! ¡Fue un momento increíble!

No contentos con esto, a continuación desde la megafonía tienen un minuto para acordarse de las peñas que tanto calor y color aportan al equipo. Nombran a dos de ellas que se apresuran a saludar al resto de aficionados. Mientras, mi pareja y yo con la boca abierta de ver cómo un club como el Elche CF (nuestro eterno rival) estaba demostrando lo que le importa su afición ¡Sí señor!

Comenzaba el encuentro, los nervios de los aficionados franjiverdes a flor de piel, no es habitual ver a tu equipo jugando contra un grande, como el Madrid.

Cuando estamos llegando al minuto 13 del encuentro, comienza una cuenta atrás en el marcador y cuando finaliza, todo el estadio comienza a aplaudir durante un minuto. Anonadada le pregunto a mi compañero de butaca (ataviado con peluca, camiseta y todo tipo de artilugios en color verde) ¿por qué se aplaude?, a lo que me contesta:

«Es el minuto de la afición. Hace referencia al año en el que han ascendido y nos lo dedican a nosotros».

¡Ya no podía salir más de mi asombro! Cantos de unión, mención a las peñas, dedicatoria a la afición€ ¿Qué más puede pedir un aficionado?

Me fui del campo feliz de haber visto que no es tan difícil crear e ilusionar a la afición, y al mismo tiempo triste, de ver que en el equipo de mis amores (Hércules CF) jamás había hecho sentir nada parecido a sus seguidores€

Como dijo en su día Laura Ortiz en mi presencia, «el Hércules es una empresa, no una ONG» y yo ahora le digo a ella, que sí, es una empresa, pero una empresa que puede hacer sentir ilusión a todos los que la forman, porque que no se olvide, que el Hércules no sería empresa sin su afición.