En el Rico Pérez, en la casa de un amor común de la pareja, el Hércules. Sobre el césped del estadio blanquiazul, David Jiménez y Sonia Sáez sellaron ayer de nuevo su amor con una emotiva sesión fotográfica, casi tres semanas después de celebrar su boda y tras un viaje de novios con paradas en Nueva York, Miami y Bahamas. «Para dos herculanos como nosotros, es una experiencia fantástica. Es el regalo más especial de la boda », explicaba ayer Sonia Sáez, que lucía el mismo vestido de la ceremonia del pasado 6 de julio.

Mientras, su marido, David Jiménez, se divertía con un balón de fútbol, que también tuvo su dosis de protagonismo en una mañana en la que las fotografías y el sentimiento blanquiazul estuvieron más que presentes en el estadio.

La pareja, que había solicitado permiso previamente al Hércules, llegó al Rico Pérez en torno al mediodía. Acompañados por el fotógrafo, el cámara oficial de la boda y el padre del novio, David y Sonia esperaban frente a las oficinas, hasta que los responsables del club les autorizaron la entrada al césped. Bajo un intenso calor, los dos aficionados herculanos no ocultaban la emoción por fotografiarse en el estadio al que tantas tardes han acudido para apoyar a su equipo, el Hércules. «Somos abonados, así que posar en el Rico Pérez, junto a mi mujer, es un sueño hecho realidad. No me lo creo», afirmaba David, mientras señalaba en dirección a sus asientos, en la zona del fondo norte.

Tímidos al principios, la pareja fue animándose según avanzaba la sesión fotográfica. Las primeras instantáneas se tomaron al salir del túnel del vestuario. Las siguientes, como si los jóvenes formaran parte de un «once» inicial de Quique... Hasta que los aspersores del Rico Pérez se pusieron en funcionamiento. Ahí, con el refrescante «bautizo», se olvidaron los nervios y se dejó atrás la vergüenza.

Luego se dirigieron al banquillo local del estadio. «¡Qué chulo! ¡Vaya foto más personal!», enfatizaba la joven, maestra de carrera.

Y como final de fiesta, directos a la portería del fondo sur, donde terminaron de inmortalizar una mañana «inolvidable». David se puso bajo los palos, emulando a Falcón, aunque Sonia no se lo puso fácil. «¡Pero chica! ¡Chuta más despacio!», le pedía el fotógrafo, tras un derechazo de la joven que dejó patente su pasado como futbolista. Pero David no quiso ser menos: «Yo también tengo que meter un gol». Y así fue. Colocó el balón sobre el punto de penalti, apuntó, disparó... y gol a su mujer.

Entre risas, la pareja que este año volverá a disfrutar de todos los partidos en el Rico Pérez, tras un año residiendo en Madrid acabó por abandonar, muy a su pesar, el césped. Atrás quedaban unas instantáneas que ya tienen un lugar reservado. «La foto de la boda que se verá en nuestra casa será alguna de éstas, en el Rico Pérez», añadían David y Sonia, que poco después coincidieron con el técnico Quique Hernández, quien les invitó al palco del Rico Pérez.

La pareja, ya por la tarde, continuó con el posado, empezando en el Palmeral y terminando en el Postiguet. «Todas las fotos son especiales, pero las del Rico Pérez serán únicas», coincidían.