Poco antes de las cuatro de la tarde del 18 de septiembre de 1932 -hoy hace 80 años-, dos horas después de abrir las puertas al público, Lolita Bardín García realizaba el saque de honor en el acto inaugural del estadio que sería bautizado con su primer apellido, una instalación deportiva que su padre, Renato Bardín Mas, tesorero del Hércules, construyó en unos terrenos propiedad de su progenitor, Renato Bardín Delille, empresario de origen francés que se instaló en Alicante años atrás en busca de cepas libres de la "filoxera" para continuar con el negocio vitivinícola que explotaba en la región del Loira y que acabó plegándose a los deseos de su hijo para que el club alicantino disfrutara de una instalación en condiciones tras proclamarse campeón de Tercera División. Así nació el estadio de Bardín, que se construyó junto al barranco de Benalúa y el Cuartel del Regimiento de Infantería de San Fernando 11, con un coste final de 200.000 pesetas (1.200 euros) y un aforo para dar cabida, inicialmente, a 8.000 espectadores -en una ampliación posterior se llegó a los 12.000)-. Desde bien pronto, la gente identificó Bardín como la "bombonera" herculana resaltando su coqueto diseño, parecido a una caja de bombones.

La inauguración de Bardín enfrentó al Hércules y al Real Madrid, que cobró 11.000 pesetas más el hospedaje (alrededor de cien euros, en total) por disputar un encuentro que llenó las gradas y que finalizó con triunfo madridista por 2-0 (goles de Páez en propia meta y de Bestit en los instantes finales del choque). Fue el alcalde de la época, Lorenzo Carbonell, quien cortó la cinta de acceso antes de que Lolita Bardín, de 14 años y ataviada con una camiseta del Hércules, realizara el saque de honor.

Sobre esa hierba comenzó a acelerar el club del Chepa, que tres años más tarde alcanzaría la Primera División (35-36), lugar donde volvería a militar una vez concluida la Guerra Civil. Curiosamente, durante el conflicto bélico que padeció España hasta 1939, el estadio de Bardin, utilizado por el bando republicano para diferentes funciones, no recibió maltrato por lo que no se precisaron obras ni reparación una vez se reanudó la competición en la campaña 39-40.

Por esas fechas comenzó a fraguarse una de las épocas doradas del Hércules, con cuplé a modo de himno cuya letra sonaba con la música del "Pasacalle de los nardos", de la comedia musical "Las Leandras": "En el estadio de Bardín/ha surgido un campeón (...)/ el murciano que lo ve/ va y dice: venga usted; a enseñarme la majeza de su fútbol/ que no hay nada en la región; comparable al campeón/; en Levante, Cataluña y Aragón/ Aracil, Gámiz, Ramonzuelo, Suárez, Páez y Jover/ Torre, Juanele, Florencio, Gorduras, Roberto y el gran Ayguadé/ Con Maciá, Salvador, y Nieto, Vilanova y Gorgé... Delantero chute usted; y dé fuerza al pelotón (...)/ en Polonia, California y el Japón".

En Bardín, el Hércules militó en en Primera División cinco temporadas (35-36, 39-40, 40-41, 41-42 y 45-46). La instalación benaluense acogió el último partido oficial del club herculano un 27 de junio de 1954, encuentro de la liguilla de ascenso . Ese partido finalizó con triunfo alicantino frente a Osasuna (2-0) con goles de Pina y Roth culminando el regreso a Primera. Aquella última alineación herculana formó con Campillo, Llebaría, Navarro, Santos, Ernesto, Alvarín, Durán, Pina, Roth, Marsal y Armengol.

Discrepancias con la nueva directiva del Hércules condujeron al cambio de escenario del equipo, que en la campaña 54-55 pasó a jugar en el reformado y ampliado campo de La Viña. A partir de ese momento, Bardín acogió los partidos del Alicante CF hasta su derribo, en 1963 -apenas 30 años después de su inauguración- destinándose el solar a la construcción de viviendas.