Enrique Ortiz dio ayer la cara. El empresario alicantino, además de permanecer en el palco durante el descanso del partido recibiendo las tibias protestas de la afición, acudió a la sala de prensa del estadio al término del choque para dar su versión de lo ocurrido en la última semana convulsa que ha vivido el Hércules. Ortiz, en primera lugar, dio las gracias a los dimitidos Perfecto Palacio, Juanjo Huerga, Miguel Campoy y Miguel Quintanilla, para a continuación subrayar que, pese a todo, el "proyecto sigue vivo". "No se ha movido ni un milímetro. Vamos a trabajar con humildad y transparencia, porque en Alicante sólo se debe hablar de fútbol", afirmó el empresario alicantino, quien aprovechó su intervención para confirmar el nombramiento de Sergio Fernández como mánager general de la entidad, "para zanjar cualquier tipo de polémica".

El exmáximo accionista blanquiazul, que inició su comparecencia leyendo un comunicado, aseguró que no existen "bandos" en el Hércules, y que lo "único que importa" es la institución.

En un mensaje edulcorado con palabras que apelaban al sentimiento, Ortiz reconoció que le había emocionado una de los mensajes que decoraban las gradas del estadio. "Me ha llegado al corazón la pancarta que decía que el Hércules no tiene dueño. Siempre he dicho que el Hércules no tiene dueño, que es de todos los alicantinos", apuntó Ortiz, quien admitió sus errores al frente de la entidad: "Hemos aprendido la lección, estoy de nuevo ilusionado. He sacado una conclusión, no hay que correr tanto. Creo que mi principal error han sido las prisas. Con sentí muy defraudado por no conseguir la permanencia después de lo que costó ascender".

No obstante, Ortiz optó ayer por centrar su mensaje en el futuro del club, en lugar recordar un pasado más teñido por sombras que por luces. "No he pensado en el regreso de Perfecto, aunque no tendrá las puertas cerradas si recupera la ilusión. Es mi amigo", subrayó el empresario alicantino. El futuro, por su parte, tiene nombre y apellido en el Hércules: Sergio Fernández, como enfatizó ayer Ortiz en su intervención. "Sergio es el mejor capitán para esta nave. La única forma de que sea feliz es estando en el Hércules", concluyó Ortiz, en una noche que empezó con tímidas protestas en las gradas y concluyó con una victoria con tintes épicos ante el Barça.

Las peñas, por su parte, convocaron un juicio contra Ortiz, aunque la condena fue menor de la anunciada. La megafonía del estadio permaneció en silencio durante el descanso para dar mayor eco a las protestas. Aunque el descontento se palpó más en mensajes escritos que en cánticos. "Ortiz, todo sería perfecto sin ti", "El Hércules no es un juguete" y "Nuevos gestores ya" fueron algunas de las frases dirigidas a Ortiz que se pudieron leer en pancartas repartidas por las gradas.