El nombramiento de Carlos Parodi como consejero delegado, ayer, en la junta de accionistas celebrada tras el partido, cogió por sorpresa a varios consejeros hasta el punto de que levantó ampollas. La decisión, adoptada por Enrique Ortiz sin previo aviso, puede traer consecuencias e, incluso, dimisiones si no se reconduce.

El movimiento viene a aclarar que Ortiz se resiste a seguir apartado sin "manejar" su "juguete" a través de peones de confianza, sorteando a Palacio, al que siempre ha presentado como "íntimo amigo", pero al que no le da ahora la firma y, por lo tanto, poder de decisión. Junto a Parodi también entra Miguel Carratalá, cuñado de Ortiz, como secretario del consejo. Dimite Luis Berenguer por motivos de incompatiblidad con su profesión.