El encuentro de promoción de ascenso a Tercera División celebrado ayer entre el Hércules B y el Requena significó el punto de partida del nuevo proyecto blanquiazul diseñado por Perfecto Palacio.

El empresario alicantino acudió al palco, pero, ajeno a los focos, se sentó en las últimas filas, mientras que en primera línea compareció el presidente del Hércules, Valentín Botella, su homólogo de la Fundación, Miguel Campoy, así como el vicepresidente del club, Juan José Huerga.

La Fundación anunció el viernes que se hace cargo de manera definitiva de las riendas de la entidad blanquiazul y Perfecto Palacio diseñará un nuevo plan estratégico basado en la "transparencia y la humildad". Aunque el empresario todavía debe confeccionar los diferentes equipos de trabajo, la primera decisión acometida por el nuevo grupo directivo fue la solicitud, al Juzgado de lo Mercantil, del inicio de los trámites del concurso voluntario de acreedores para así hacer frente a la deuda contraída por el Hércules.

Fuentes del club blanquiazul dejaron ayer claro que este proceso permitirá al club ampliar hasta cuatro meses el pago de la deuda de los acreedores, pero que ello no significa necesariamente la intervención judicial del Hércules, que ahora está en manos de la Fundación que preside Miguel Campoy.

Perfecto Palacio, nombrado el pasado viernes vicepresidente de la Fundación, supervisará la nueva hoja de ruta de un club que está en una delicadísima situación financiera, ya que debe más de 20 millones de euros a sus propios jugadores, a otros clubes y a Hacienda.

El nuevo hombre fuerte del Hércules, que aceptó la propuesta de Enrique Ortiz de tutelar el necesario cambio de rumbo, insistió el viernes en la necesidad de trabajar a fondo en el fútbol base para que después se puedan recoger los frutos, como sucederá en breve con Kiko Femenía.

El extremo blanquiazul acudió ayer al Rico Pérez a presenciar el choque entre el filial y el Requena y todo parece indicar que la semana que viene se podría oficializar su contratación por parte del Barcelona. Fuentes cercanas a la operación aseguran que la entidad azulgrana desembolsará unos cinco millones de euros por el traspaso del extremo de 20 años, quien tenía una cláusula de rescisión de 15 millones.