Royston Drenthe llegó al Hércules para ser uno de los puntales de la plantilla en el año del regreso del club a Primera División, pero lejos de ello fue la cruz que tuvo que soportar un equipo en el que la confirmación de Kiko Femenia fue la mayor alegría de una triste temporada.

Tras el descenso a Segunda División, resulta complicado encontrar inocentes en el seno de un vestuario que estuvo roto durante gran parte de la temporada, si bien sí que hay futbolistas que, por lo que se esperaba de ellos y su rendimiento, han sido apuntados por la afición como los grandes culpables de la mala temporada.

El jugador cedido por el Real Madrid era, probablemente, el futbolista de más calidad de la plantilla herculana, pero la demostró con cuentagotas y siempre fue más noticia por sus correrías fuera del terreno de juego que dentro de él.

El jugador holandés se marchará del Hércules con unos cuantos expedientes disciplinarios a sus espaldas, el último, por marcharse el viernes sin permiso a Holanda, cuando a su equipo aún le faltaba un partido por disputar.

El resto, por sus continuas salidas nocturnas, sus desplantes o por llegar a ausentarse una semana de los entrenamientos como medida de protesta por el retraso en el cobro de sus emolumentos.

Al principio de la temporada, el club le llegó a perdonar que la Policía le descubriera a más de 160 kilómetros por hora en su coche a altas horas de la madrugada y tras saltarse seis semáforos en rojo.

Drenthe se marcha del club tras haber disputado sólo diecisiete de los 38 partidos de Liga y con cuatro goles a sus espaldas. La afición al principio le aplaudió porque sabía que su aportación iba a ser importante, pero acabó harta de un jugador que ahora regresará al Real Madrid, donde le restan dos años de contrato.

Si Drenthe fue la gran cruz del Hércules y uno de los causantes de la falta de unión dentro del vestuario, otros futbolistas no acabaron por dar el rendimiento deseado, especialmente en la segunda mitad de la temporada.

David Trezeguet y Nelson Valdez sólo cumplieron las expectativas durante la primera mitad de la temporada. Trezeguet ha acabado la Liga con doce tantos, pero en la segunda parte del campeonato su sequía goleadora fue una de los males del equipo.

Más allá de si le fallaba el olfato goleador, la afición también vio en él falta de compromiso con la entidad y cargó con vehemencia contra este campeón del Mundo con vehemencia. Todo lo contrario que ha ocurrido con Valdez, querido por la afición por su esfuerzo, aunque las lesiones lastraron demasiado su rendimiento.

Valdez será uno de los principales activos del Hércules para intentar ingresar dinero a través de un traspaso en las próximas semanas, como también lo será el canterano Kiko Femenia, quien en su segunda temporada en el primer equipo, la de su debut en Primera, ha sido uno de los referentes del equipo.

El resto de la plantilla ha tenido sus luces y sus sombras durante el año, alternando aciertos y errores, pero casi nunca de una forma unísona. Fichajes como los defensas Mohammed Sarr o Cristian Pulhac, el centrocampista Olivier Thomert o el portero Piet Velthuizen han resultado un fiasco y su participación, casi nula.

El peso del equipo recayó en la base de jugadores del ascenso, aunque con dos bajas sensibles durante mucho tiempo: las de Javier Farinós, lastrado por las lesiones; y Jorge López Marco 'Tote', que se rompió la rodilla en un momento clave de la temporada.

Quince de los veinticuatro futbolistas de la plantilla tienen contrato en vigor para la próxima temporada, aunque unos se marcharán traspasados y otros, como Trezeguet y Farinós tienen la opción de romperlo y marcharse.