Royston Drenthe ya no está en Alicante. El holandés añadió una nueva espantada, la última, a su nutrida hoja de servicios en el Hércules. No tenía permiso del consejo, ni del entrenador, ni de la secretaría técnica, pero el futbolista tulipán decidió poner fin a su etapa en el club alicantino con 24 horas de antelación, sin esperar a que finalice hoy el partido ante el Sporting que dará carpetazo a la Liga. Lo novedoso de este nuevo caso es que esta vez ni siquiera ocultó sus planes.

Tras el entrenamiento de ayer se despidió de varios compañeros a los que comunicó que por la tarde abandonaba Alicante. En el mismo vestuario, un futbolista del plantel echó mano de la ironía al comprobar los planes de su díscolo compañero recordándole que se iba a perder el "recibimiento con pancartas" que le iba a dispensar la afición en el partido de esta tarde, "sugerencia" que encontró pronta respuesta con una frase irreproducible antes de sentenciar: "Si estamos en Segunda es porque no han pagado".

Dado que Drenthe no tiene permiso del entrenador ni de la directiva ni de la secretaría técnica para ausentarse de Alicante, en un día en el que, además, hay partido oficial, el club añadirá una nueva falta grave en el expediente abierto contra él, que obra en un bufete de abogados de Alicante. Esta es la quinta ocasión que Drenthe comete una indisciplina, hecho que multiplica la cuantía de la sanción que se impone por no presentarse a una jornada de trabajo sin permiso del club.

La más sonada fue la primera, cuando regresó con un par de semanas de retraso de las vacaciones de Navidad tras denunciar retrasos en las nóminas por parte del Hércules.

Antes de ello, el jugador había comenzado a dejar muestras de su peculiar forma de vida tras ser "cazado" por la Policía a 180 kilómetros por hora por una avenida de Alicante a altas horas de la madrugada. Sus constantes salidas nocturas, no obstante, encontraron la permisividad del anterior entrenador, Esteban Vigo, y el problema fue finalmente en aumento.

Asimismo, pese a que el problema se agravó con su retraso tras las vacaciones navideñas, el Hércules optó por mantenerle en la plantilla descartando rescindir y conceder la carta de libertad para que fichara en el Juventus de Turín, club que se había interesado en sus servicios.

El jugador realizó promesas de cambio y compromiso, pero la realidad desveló un escenario distinto, tanto con Esteban Vigo como con Miroslav Djukic, que llegó después para suplir al entrenador malagueño al frente de la dirección técnica.

Con el serbio, las cosas comenzaron bien -se ganó en Anoeta con dos tantos del holandés- pero pronto volvieron a torcerse. El desencadenante final sobrevino al no obtener permiso para viajar a Holanda para acudir, según su versión, a un funeral el día que el Hércules jugaba un partido trascendental en Málaga. Drenthe no obtuvo el visto bueno de Djukic para ir a su país, pero tampoco viajó a la capital andaluza para jugar en La Rosaleda. Además, a partir de ese momento comenzó a tener "problemas en la rodilla" que nunca encontraron justificación médica comprobable.

Ayer, el holandés errante acabó de escribir su último capítulo en el club alicantino. Tanta paz lleve como descanso deja.