Desde que abandonó el Hércules de Mandiá no ha dejado de crecer. Sin fortuna en el Atlético de Madrid por una grave lesión de tobillo, ha encontrado la estabilidad en el Sporting de Gijón. El pasado miércoles marcó un gol trascendental que guió al conjunto de Preciado hacia la salvación. Desde su domicilio asturiano lamenta el descenso del Hércules. El sábado regresa al Rico Pérez, pero no podrá jugar por sanción.

Su Sporting de Gijón consiguió el miércoles la permamencia que el Hércules ha visto pasar de largo...

En la primera vuelta no tuvimos suerte en muchos partidos, pero la segunda ha sido espectacular y hemos pasado un último mes relativamente tranquilos.

Cuando su técnico Manolo Preciado estuvo al borde del despido empezaron a ganar partidos de manera increíble...

El entrenador es muy querido y respetado en el vestuario y todos teníamos claro que si bajábamos no era por su culpa.

¿Cómo ha vivido el descenso del Hércules desde la distancia?

Con mucha pena, ya que creo que hay plantilla para conseguir la permanencia sin problemas. La primera vuelta, de hecho, fue muy buena, pero en la segunda cayeron en picado.

¿Cuáles son los motivos de ese desplome en su opinión?

Sé que ha habido problemas de todo tipo, aquí en Gijón fue muy importante tener un vestuario muy unido, de hecho, creo que eso es vital para lograr la permanencia.

¿Cuál es su situación contractual?

Me quedan dos años más en Gijón y estoy muy bien aquí.

¿Cómo se vive en Gijón?

Es muy diferente a Alicante porque llueve a menudo, pero eso no es malo para los jugadores. La calidad de vida es buena y la gente está enloquecida con el equipo.