David Trezeguet tiene clase hasta para poner el grito en el cielo por lo que él consideró una expulsión injusta. El ariete francés censuró el protagonismo adquirido por el asturiano Muñiz Fernández y después tuvo dos detalles que le califican como jugador y compañero ejemplar. El primero consistió en pedir públicamente perdón por el daño causado al resto del equipo y, en segundo lugar, acordarse (sin que nadie se lo preguntara) de Javier Portillo, llamado ahora a ocupar su lugar en Almería. "Seguro que Portillo demostrará sus cualidades, estoy muy tranquilo por ese lado porque está realizando un gran trabajo en los entrenamientos", destacó Trezeguet.

El ex jugador del Juventus se mostró muy dolido tras pasar por la ducha. "Es la segunda vez que me expulsan en mi carrera y la primera por protestar, pero no he hecho ningún comentario ofensivo porque nunca los hago", explicó el ariete francés, quien añadió: "Los árbitros deben darse cuenta de que los protagonistas somos los jugadores y no ellos. La afición viene a ver cómo jugamos y no a ver su actuación. Ha arruinado el espectáculo aunque después ya me han comentado varios compañeros que (Muñiz Fernández) suele protagonizar actuaciones así desde hace años".

Trezeguet pidió "disculpas públicas" por el daño causado a sus compañeros, que tuvieron que hacer un trabajo descomunal durante buena parte de la segunda mitad para frenar las acometidas de un Villarreal que se adueñó del balón y puso cerco a la portería de Calatayud.

"Pido perdón porque ha sido una noche muy mala para mí y estoy dolido. Es trágico no poder jugar en Almería porque me encuentro muy cómodo dentro del equipo y es duro salir del mismo por una decisión injusta, pero estoy tranquilo porque jugará Portillo", insistió Trezeguet.

El ex ariete del Juventus finalmente calificó como "positivo" el punto sumado al término del choque porque "el Villarreal es un equipo con mucho potencial y que se hubiera puesto líder de haber ganado".

Acta

El acta del colegiado Muñiz Fernández puede conllevar una sanción de al menos dos partidos para David Trezeguet, ya que, según reflejó el documento, el delantero le espetó: "Qué pitas cagón de mierda, estás loco", mientras se llevaba el dedo a la sien reiteradamente.