El Athletic de Bilbao llegó a Alicante con una amabilidad de Primera y les recibió una afición, que aun estando a 800 kilómetros de Bilbao, arroparon a sus futbolistas, tanto en el hotel como en el aeropuerto, haciendo sentir a los jugadores rojiblancos como en su propia casa. El más aclamado, Fernando Llorente.

El recibimiento al Athletic de Bilbao comenzó a las 18.40, hora del aterrizaje del avión que trasladaba a la expedición bilbaína. Unos cien aficionados les esperaban en la Terminal 2, justo donde se preveía que iban a salir (el autobús del equipo, aparcado en la puerta, también lo apuntaba). Pero cinco minutos después, la información de que el equipo saldría por la puerta de llegadas de la T1 corrió como la pólvora. Y el autobús, moviéndose hacia aquella puerta, lo confirmaba. Los aficionados bilbaínos, todos ellos ataviados con camisetas del Athletic, bufandas, alguna que otra bandera rojiblanca y, cómo no, su cámara fotográfica, fueron corriendo para ver a sus ídolos. Y los jugadores se portaron con una amabilidad digna de elogiar.

Los primeros en aparecer fueron las dos campeones del mundo, Fernando Llorente y Javi Martínez. Tras ellos, el resto de la plantilla, de los que destacaban Toquero, Muniain y el jefe Caparrós. Todos ellos se pararon a firmar autógrafos, decenas de autógrafos, tantos como aficionados habían por allí. Y también se hicieron fotos, decenas de fotos. Mención especial a Fernando Llorente, un chico que aunque es campeón del mundo no se le ha subido la fama a la cabeza y estuvo más de 15 minutos firmando y haciéndose fotos con el centenar de aficionados rojiblancos. Todo un detalle.

El hotel, desbordado

Media hora después, el autobús, por fin, pudo salir de El Altet y dirigirse, escoltado por dos coches de la Policía Nacional, al hotel NH de Alicante. Allí les esperaban 150 aficionados.

El autocar oficial del Athletic, se ha recorrido los 800 kilómetros que separan Alicante de Bilbao, aparcó en la puerta del hotel y los "leones" de Caparrós bajaron uno a uno. Y al igual que en el aeropuerto, más autógrafos y más fotos. Esta vez sólo estuvieron 10 minutos porque poco después comenzaría un acto de firmas. Y allí el acto se desbordó. A los aficionados los dejaron fueran, con los 35ºC y como sardinas en lata en la puerta. Poco a poco, por grupos de 10 personas, iban pasando al interior del hotel para que Toquero y De Marcos les firmaran las camisetas rojiblancas.