Se le esperaba ayer, pero Abel Aguilar pisará suelo alicantino este mediodía. Más en concreto, a las 14.20 horas será recibido en El Altet por el presidente del Hércules, Valentín Botella, quien quiere dar personalmente la bienvenida a un jugador al que nunca quiso ver marcharse. Pero el Hércules de Juan Carlos Mandiá no logró el ascenso hace un par de temporadas y el colombiano apostó por saborear las mieles de la Primera División el curso pasado.

Tras una campaña de aprendizaje en el Zaragoza (saldada con 27 partidos y cuatro goles), el mediocentro regresa al Hércules y lo hace para quedarse. Firmará por cuatro temporadas y el club blanquiazul será el dueño del 50% del futbolista tras pagar cerca de 1,5 millones al Udinese italiano.

El internacional colombiano no sólo cuenta con el visto bueno de la comisión deportiva y de los pesos pesados del consejo de administración del Hércules, sino que también llega avalado por Esteban Vigo, ya que ambos coincidieron en el Xerez hace tres años. Aguilar no rindió entonces al mismo nivel que con el Hércules de Mandiá, pero mostró retazos de futbolista caro.

Aguilar, de 25 años, era una prioridad para el Hércules nada más consumarse el ascenso. Los deseos de regreso eran recíprocos porque el colombiano "explotó" como futbolista en Alicante y así lo reconoce. En el actual vestuario de Hércules cuenta con amigos como Tote y, sobre todo, Calatayud y tendrá su peso específico dentro del equipo, ya que conoce la ciudad y el club.

Competirá por un puesto con Javier Farinós, con quien formó el mejor centro del campo de Segunda hace dos años, así como con el portugués Tiago Gomes y el argentino Matías Fritzler, que ayer entrenó por segunda vez junto a sus compañeros.

Así, el Hércules tiene ya cerrado su centro del campo, ya que Jorge Alonso y Rodri siguen entrenando con el grupo pero no entran en los planes del cuerpo técnico de Esteban Vigo.