Pintura blanca y azul en la cara, una camiseta, una bandera o una bufanda colgada del cuello. Cualquier muestra de sentimiento blanquiazul para presenciar el retorno del Hércules a Primera División catorce años después. Minutos antes de las 18 horas, las calles de la ciudad eran un hervidero de aficionados que empezaban a repartirse en los bares y cafeterías ataviados con bufandas y banderas blanquiazules y con un grito unánime: ¡Vamos! En el momento en el que Ceballos Silva señaló el inicio del partido, el ambiente se trasladó al interior de los bares en los que no cabía ni un sólo alfiler. Como en la cervecería Lo Nuestro, en la que dos pantallas no dejaban ningún ángulo muerto que impidiera ver el partido al centenar de aficionados que vivieron el partido en la cervecería.

"Paquito el chocolatero" y el himno de Alicante animaron a los presentes antes de que se iniciara el partido para dar paso al himno del Hércules justo en el momento en que la señal televisiva conectó con el Stadium Gal. De los nervios iniciales se pasó a la alegría con el primer gol del Hércules. Tras el pase de Tote a Portillo, los aficionados se levantaron para cantar el gol del madrileño.

La televisión iba mostrando los resultados de los demás partidos que se estaban disputando. El primer gol del Betis -un minuto después que el de Portillo- no llegó a inquietar en exceso a los aficionados blanquiazules, que todavía se encontraban celebrando el gol del delantero blanquiazul. "No pasa nada", decía un aficionado optimista.

También se sufrió como en las dos primeras ocasiones del equipo alicantino antes de que llegara el primer gol -en el minuto 5 y el 10, así como tras un lanzamiento del Real Unión que el balón terminó en el larguero.

Los centros comerciales de la ciudad también fueron ayer uno de los puntos neurálgicos utilizados por los aficionados del Hércules que no quisieron ver el partido desde casa y desaprovechar la oportunidad de vivirlo junto a centenares de herculanos. Como en Panoramis, donde más de 3.000 aficionados vivieron el ascenso en la pantalla gigante que instalaron en sus instalaciones.

Los había optimistas, pesimistas y relajados, sobre todo los más mayores. "Yo he vivido muchos momentos de estos", recordaba un aficionado veterano. "Esto es lo que se merece la ciudad", decía otro.

Coincidiendo con la plantá de las hogueras y con la primera gran cita de la Feria de Hogueras entre El Juli y Manzanares, el ambiente en la ciudad se multiplicó. Muchos aficionados a los toros aprovecharon los bares del alrededor de la Plaza de Toros, como en Galán, desde donde la histórica Peña Los Gorilas siguió un nuevo ascenso del equipo blanquiazul, así como aficionados

Cava para celebrarlo

Nada más concluir el partido las botellas de cava y champán se sucedieron a las puertas de los bares de la ciudad. En especial, en la cervecería Lo Nuestro, que prepararon una edición limitada de un brut nature.