INFORMACION.ES

El Hércules consumó su regreso a Primera División, después de una temporada en la que ha permanecido entre los tres primeros clasificados en veintiocho de las 42 jornadas de liga.

La victoria por 0-2 en el Stadium Gal de Irún coronó una temporada histórica para el Hércules, si bien ha vivido situaciones comprometidas y diametralmente, ya que a una trayectoria victoria le siguió una racha negativa que cerca estuvo de dinamitar las posibilidades de ascenso.

El conjunto alicantino arrancó con un empate en Castellón (0-0) y, en la segunda, venció al Betis (3-2). Esta dinámica de resultados negativos como visitante y positivos en el estadio Rico Pérez la mantuvo durante el resto de la temporada.

El equipo entrenado por Esteban Vigo consiguió permanecer invicto en su estadio durante toda la primera vuelta del campeonato y tan sólo cedió un empate frente al Real Murcia (1-1).

Sin embargo, a domicilio, el conjunto alicantino acumulaba, especialmente, empates y sólo consiguió ganar en sus desplazamientos a Vigo, frente al Celta (0-1), y a Albacete (1-2).

El Hércules se coló por primera vez entre los tres primeros clasificados -las plazas que definían el ascenso- tras la sexta jornada, después de encadenar tres triunfos consecutivos contra Cádiz (1-0), Celta (0-1) y Elche (3-0), y lo hizo directamente a la primera plaza.

Sin embargo, el conjunto alicantino no volvió a repetir clasificación entre los tres primeros hasta la décima jornada del campeonato, aunque entonces fue para permanecer en puestos de ascenso durante veintiuna jornadas consecutivas, y en diez de ellas fue el líder de Segunda.

El Hércules llegó a contar con una máxima renta de once puntos para lograr el ascenso justo tras el último encuentro de la primera vuelta. El conjunto alicantino lideraba la clasificación y tenía once puntos de renta sobre el Numancia, que era el quinto clasificado, pero marcaba la referencia ya que el cuarto era el Villarreal B, que no podía ascender.

Sin embargo, entre la jornada 27 y la 33 el equipo de Esteban Vigo perdió toda su renta y cayó de las tres primeras plazas. En ese tramo de la competición, encadenó siete jornadas sin ganar (cinco derrotas) y en los seis primeros de esos partidos no consiguió ni siquiera marcar un gol.

En la jornada 32, el Hércules perdió en el Rico Pérez frente al Huesca (0-2), en la que suponía su tercera derrota consecutiva como local, y la afición expresó su malestar a la salida del estadio. Un clima de crispación que parecía que sería imposible de revertir.

Pero, después de empatar ante el Numancia en Soria (1-1), una goleada al Salamanca (4-0) devolvió al Hércules a la senda de la primera vuelta, con triunfos holgados como local y cosechando empates a domicilio, como el que consiguiera en Cartagena (0-0), en un partido en el que se jugaba sus opciones de depender de sí mismo para lograr el ascenso.

El empate en el estadio Cartagonova sacó al Hércules de la zona de ascenso, pero con la confianza de saber que con dos triunfos más estaría en Primera División.

La primera victoria llegó de forma agónica con un gol de Javier Portillo contra el Rayo Vallecano (2-1) a falta de tres minutos para el final. El segundo, ayer sábado ante el Real Unión en Irún que devolvía al equipo a Primera trece años después de su última presencia en la máxima categoría del fútbol español.