Enrique Ortiz salió ayer seco de los vestuarios del Rico Pérez, que no es poco. Los mismos jugadores que el domingo bañaron al máximo accionista blanquiazul le recibieron ayer más calmados, pero igual de confiados en que el 19 de junio habrá fiesta en Luceros.

El propietario del Hércules se reunió con los jugadores, junto al presidente Valentín Botella, y reconoció después que el domingo pasó un calvario durante el choque ante el Rayo. "Fue el día que más sufrí desde que estoy en el Hércules", reconoció Ortiz, quien agregó: "Después no pude conciliar el sueño por toda la tensión acumulada del partido y por lo que nos tocará vivir en Irún".

El empresario alicantino lanzó un mensaje enigmático sobre el futuro inmediato del Hércules una vez haya pasado la final del Stadium Gal frente al Real Unión. "Ese encuentro supondrá un antes y un después, para bien o para mal", avisó Ortiz, quien de esta manera alimentó la duda sobre su continuidad al frente del club si no se consigue el ascenso.

El máximo accionista reconoció que "nunca" ha tenido tan cerca la Primera División y confió en que "a los jugadores nos les flojeen ahora las piernas". En este sentido, se mostró "encantado" con el espíritu de lucha que transmitió el Hércules frente al Rayo. "Sufrimos todos muchísimo pero merecimos sentenciar el partido en la primera parte porque generamos varias ocasiones claras. Estoy más convencido que nunca de que este año es el definitivo y en Irún tenemos el último asalto", señaló Ortiz en las oficinas del Rico Pérez, donde estuvo reunido durante buena parte de la mañana tras haber deseado suerte a los futbolistas en el vestuario.

El propietario de la entidad blanquiazul confirmó que está "peleando" porque la afición alicantina pueda desplazarse en masa al Stadium Gal de Irún, aunque avisó que será muy complicado porque el calendario ha querido que el Hércules se juegue el ascenso en un campo con capacidad para apenas 5.000 espectadores y que se encuentra a 800 kilómetros de Alicante.

Ortiz, como ya hiciera el técnico Esteban Vigo la semana pasada, restó importancia al incentivo económico que puedan tener los jugadores del Real Unión de Irún a cargo del Betis, único rival que le queda al Hércules en su pelea final por el ascenso. "Nadie tiene más incentivo que nuestros jugadores, que serán de Primera si ganan. Me da igual si el Betis les ofrece algo porque nosotros nos lo jugamos todo y espero que lo consigamos de una vez por todas", insistió.

El empresario alicantino resaltó que sólo le preocupa que sus jugadores regresen de Irún con los tres puntos y dio por hecho que el Betis apenas encontrará oposición en el Levante, ya que el conjunto valenciano celebró el pasado domingo su ascenso tras derrotar, como estaba previsto, al colista Castellón, descendido desde hace varias semanas.

"Los jugadores ya saben que la ciudad de Alicante está volcada con el Hércules y están deseando celebrarlo en Luceros. El equipo ha llegado en un gran momento a este tramo final de Liga y si jugamos al mismo nivel que en las últimas semanas estoy convencido de que habrá fiesta", concluyó Ortiz, quien esta semana se dejará ver más de lo habitual en los entrenamientos que dirige Esteban Vigo y su cuerpo técnico.