Aquel 28 de abril de 1996 pasó a la historia del Hércules por ser el séptimo ascenso a Primera División. El gol de Sigüenza en Badajoz permitió al conjunto blanquiazul regresar a la elite del fútbol español tras diez temporadas alejado de ella. Ahora, los héroes de aquel equipo, dirigido por Manolo Jiménez, rompen una lanza a favor de la actual plantilla, que el sábado afronta en Irún la gran final de la temporada. Alfaro, Gonzalo, Visjnic o David de la Hera se muestran "convencidos" de que el Hércules saldrá victorioso del Stadium Gal para regresar al paraíso, tal y como ocurriera hace ya catorce años en el antiguo estadio Vivero.

Las manecillas marcaban las 19.05 horas cuando "Sigu" batía de potente disparo a Pablo I tras recibir un pase de Eduardo Rodríguez. El gol valía un ascenso y culminaba una campaña primorosa, en la que el Hércules, imponente de principio a fin, se coronaba campeón de la Segunda División a falta de tres jornadas por disputar. La locura se desató en tierras pacenses y, en mayor medida, a cientos de kilómetros de distancia, donde miles de alicantinos se echaron a la calle y colapsaron la Plaza de los Luceros. "La gente estaba volcada con ese equipo, la conexión con la afición fue tremenda", recuerda nostálgico De la Hera. Él comandó una defensa sustentada desde el lateral derecho por Gonzalo Arguiñano, el "abuelo" de aquella plantilla. "Pocos pensaban ese año que podríamos ascender. Se hicieron buenos fichajes, pero los favoritos eran otros. Nosotros hicimos una temporada casi perfecta".

Ambos, De la Hera y Gonzalo, inciden en que el escenario actual es muy diferente al de hace catorce años. "Nosotros afrontamos el partido sin mucha presión, como si fuera uno más. Sabíamos que ascenderíamos en caso de ganar, pero incluso podíamos hacerlo en caso de derrota", recuerda De la Hera. "Volamos en chárter por primera vez en la temporada, un hecho que demuestra que no era un partido cualquiera. Pero por lo demás, la preparación fue la misma. Teníamos un margen de error que ahora no existe".

Algunos jugadores, como Manolo Alfaro, preferían incluso aplazar por una semana la consecución del éxito para celebrarlo en el Rico Pérez con la afición. "Yo, personalmente, hubiera firmado un empatito para después ascender en Alicante. Recuerdo la enorme tranquilidad con que afrontamos aquel partido. Incluso dimos un paseo por Badajoz y nos comimos una tapita de jamón. La gente nos preguntaba por la calle y les decía que prefería empatar que ganar".

No fue así y con el pitido final de Losantos Omar, colegiado del duelo, llegó la apoteosis total. "Todavía me emociono al recordar los abrazos con los compañeros y, sobre todo, el cariño que nos dio la gente al llegar a Alicante. En Badajoz nos decían '¡Cómo está Alicante!' y luego pudimos comprobarlo. Desde que bajamos del avión la gente nos siguió hasta la plaza de Luceros, fue algo increíble", recuerda De la Hera.

"La plantilla -agrega Visjnic- conectó muy bien con la afición, existía un gran respeto mutuo. Nos lo ganamos en el campo y la gente lo supo agradecer". Todos coinciden en destacar el carácter alicantino que presentaba aquel Hércules, con futbolistas de la tierra como Lledó, Palomino, Paquito, Raúl Ivars o Marí, así como el entrenador, Manolo Jiménez, como uno de los motivos de las enormes simpatía que despertó la plantilla en la ciudad.

De cara a la final del sábado, De la Hera, Gonzalo, Alfaro y Visjnic inciden en el valor capital de que el Hércules dependa de sí mismo para conseguir el ascenso, aunque advierten que la empresa no será nada fácil. "El equipo debe saber jugar con la situación. No sé qué actitud mostrará el rival, aún tiene posibilidades de salvarse aunque mínimas. El equipo ha demostrado que es muy superior al rival durante toda la temporada y es ahora cuando lo tiene que demostrar", expone De la Hera, que está "seguro" de que habrá baño en Luceros.

Para Gonzalo, la clave estará en "saber adaptarse al campo y a cómo se vaya desarrollando el resto de marcadores. El Irún necesita una carambola para salvarse, por lo que pueden venirse abajo cuando conozcan los resultados de otros campos".

Alfaro, por último, se muestra "ilusionado" ante la posibilidad de que haya ascenso. "Soy herculano desde hace tiempo y me alegraría muchísimo. Luego, habrá que hacer un proyecto serio. En el mundo del fútbol hay mucha gente interesada y hay que saber diferenciar porque una ciudad como Alicante merece un equipo en Primera División.