Ganar o ganar. No queda otra. El Hércules recibe esta tarde al Rayo Vallecano con la obligación de sumar tres puntos que le acerquen a la cúspide del fútbol nacional. El conjunto de Esteban Vigo afronta la primera de las dos finales que le quedan y necesita más que nunca cosechar una victoria. Porque todo lo que no sea el triunfo, supondría decir adiós al anhelado sueño de Primera. Pero nadie, absolutamente nadie, tiene en mente esa variable.

Consciente de la trascendencia del envite, la afición se ha volcado con su equipo y hoy llenará el Rico Pérez. Las entradas para la grada del Mundial y el Fondo Sur se agotaron el viernes y ayer se vendieron 2.000 localidades en las taquillas. Es decir, en total ya han sido alrededor de 12.000 los aficionados que han retirado su localidad, a los que hay que sumar los 9.000 abonados que llegarán con su pase. Con ello, hoy saldrán a la venta las últimas 8.000 que quedan con butaca hábil y cuya venta parece garantizada para dejar un Rico Pérez repleto hasta la bandera.

Para el vital choque de hoy, Esteban podrá contar con todos sus jugadores. Farinós se ha recuperado de las molestias que le impidieron entrenar el viernes y ayer se ejercitó con normalidad. De hecho, a la conclusión de la sesión dio por hecho que hoy podrá saltar al campo de inicio, "aunque sea con alguna pequeña molestia". El que también ha superado sus problemas es Sendoa. El extremo entrenó el jueves al margen del grupo tras recibir un golpe el miércoles, pero ya se encuentra en plena forma. El preparador blanquiazul también está en disposición de alinear a los defensas Sergio Díaz y Edu Moya. El central se perdió el último encuentro en Cartagena por sanción, mientras que el lateral arrastraba una pequeña contractura en el gemelo, de la que ya está restablecido.

Y es que partidos como el de hoy no se los quiere perder nadie. El Hércules está a 180 minutos de retornar a Primera y, por fortuna, depende de sí mismo. Dos victorias contra Rayo y Real Unión catapultarían al equipo hacia cielo. Sólo una carambola abortaría el sueño: que el Levante endose una goleada de escándalo hoy al Castellón y marque cuatro o más goles que el conjunto blanquiazul en los dos últimos encuentros ligueros.

Salvo contratiempo de última hora, Esteban pondrá en liza el mismo equipo que arañó un empate el pasado domingo en Cartagena, con Portillo en la punta de ataque. El que no podrá hacer lo mismo es el técnico del Rayo, Felipe Miñambres. El ex de Hércules y Alicante deberá reorganizar su once por las bajas de los defensas Salva, lesionado, y Pelegrín, sancionado. El tercer central, Tena, y Cuadrado, que lleva varias semanas sin jugar, se postulan en el once de inicio. Tampoco estarán presentes Yuma y Aganzo y Jofre.

El equipo madrileño llega a Alicante con la salvación prácticamente en el bolsillo -está a cuatro puntos del descenso-.