El presidente del Hércules, Valentín Botella, anunció ayer que el domingo decidirá si se sienta en el palco del estadio Cartagonova o bien se ubica junto al millar de aficionados blanquiazules que se desplazarán a Cartagena como medida de protesta por el precio de las entradas para los seguidores visitantes.

Con motivo del Hércules-Cartagena de la primera vuelta en Alicante, ambas entidades acordaron verbalmente que el precio de las entradas para la afición rival en sus enfrentamientos sería de 15 euros, pero el Cartagena ha dispuesto que los aficionados alicantinos tengan que abonar 25 euros. Botella destacó ayer que tiene "una cuenta pendiente" con el club murciano porque considera que ha roto, sin motivo justificado, un pacto entre ambas entidades.

El empresario oriolano reconoció que mantiene una "buena relación" con Paco Gómez, presidente del Cartagena pero: "no me esperaba esto de él y espero que recapacite y reaccione; si no, ya sabe que el Cartagena tiene una cuenta pendiente con nosotros".

La previsión de demanda de localidades para el partido del domingo supera el millar de entradas que el Hércules tiene para sus seguidores, aunque Botella dijo entender la postura del Cartagena de no facilitar más pases, dada la importancia del choque y que en la ciudad murciana también son muchos los seguidores que desean acudir al campo.

Sin embargo, Botella incidió en que el aforo del estadio Cartagonova no implicaba que el conjunto murciano "no cumpliera el pacto". "Ha roto las normas con nosotros y espero que nos sirva de experiencia", añadió.

Respecto al encuentro en sí, Botella se mostró convencido de que si el Hércules consigue jugar "al ochenta por ciento" de lo que lo hizo en la última jornada ante el Albacete, ganará el crucial partido de Cartagena.

Reacción cartagenera

Por su parte, el director general del Cartagena, Francisco López, quiso restar ayer importancia al aumento de precio de las entradas para los seguidores del Hércules y justificó la decisión de no acatar ese acuerdo verbal entre clubes diciendo que "si hemos subido el precio de las entradas para nuestros aficionados no podemos abaratarlo para los seguidores del equipo rival; no sería nada lógico por nuestra parte".