La pasada semana, en Estocolmo, con motivo de la boda de la princesa Victoria, varios periodistas confundieron a la princesa Letizia con la reina Rania de Jordania. A la Princesa de Asturias también se la compara habitualmente con Carla Bruni, primera dama de Francia. Entre las docenas de princesas, nobles y damas de la política, las tres destacan en las portadas de las revistas de moda, dictan tendencias y comparten un mismo título: el de consortes muy profesionales. Cada una cumple con el deber que implica representar a sus países en los niveles más altos.

Diseñadores como Roberto Torreta y María de la Fuente señalan que, además de elegancia, la princesa ovetense, la reina jordana y la primera dama francesa, italiana de nacimiento, atraen por un perfil intelectual que las hace interesantes.

Las semejanzas son más marcadas en el caso de Carla Bruni y Letizia Ortiz. A las dos las apasiona la lectura. Bruni, incluso escribe poemas y canciones que interpreta a la guitarra. Cuando visitan un país no se dedican a visitar tiendas. Quienes las siguen de forma habitual en los viajes destacan la curiosidad que sienten por el arte o la arquitectura.

Rania no es una intelectual al uso, pero preside varias ONG y defiende ante las Naciones Unidas la causa del pueblo palestino, al que ella misma pertenece por familia.

En cuestiones de moda los paralelismos también son más que llamativos entre Letizia y Carla, mientras que a Rania se la critica en Jordania por vestir marcas extranjeras de lujo.

Las dos damas europeas siempre hacen patria. La esposa de Felipe de Borbón se ha convertido en la mejor embajadora de la moda española. Carla Bruni hace lo propio en Francia. Sus compatriotas no le perdonarían lo contrario al rostro femenino de la República gala en la que la moda es una de las principales fuentes de generación de riqueza. La apariencia física las acerca a las tres. Llevan melena por los hombros, se maquillan con discreción y tienen figuras espigadas que cultivan a golpe de alimentación sana y ejercicio físico. Hasta podrían intercambiarse la ropa: se mueven entre la 34 y la 36.

Ninguna de las tres nació, en principio, para tan altos destinos. En ese caso la candidata más factible sería Bruni, cuya familia italiana tiene títulos nobiliarios. Rania y Letizia llegaron a la realeza por matrimonio y ambas vienen de familias de clase media.

El cirujano estético Sergio Fernández recalca que ninguna de las tres ha pasado excesivamente por el quirófano para mejorar su imagen, aunque las tres se han hayan hecho algún retoque. Rania y Letizia se han operado la nariz. Carla se ha arreglado los pómulos. Fernández señala que las similitudes en las facciones proceden de una estructura de cara similar, delgada y angulosa, con los ojos grandes. Fernández señala que transmiten armonía y un aspecto saludable, muy de su tiempo. El doctor Chams, célebre por sus cócteles de vitaminas para la piel, ha insinuado en alguna ocasión que las cuenta entre sus clientas.

Las tres damas son madres y disfrutan del tiempo libre en lugares perdidos; otra cosa es que logren pasar desapercibidas.