El último videoclip de Lady Gaga confirma lo que ya se sospechaba. La cantante neoyorquina intenta convertirse en la Madonna del siglo XXI, con una constante búsqueda de la provocación y el escándalo. La vocalista aparece vestida de monja –incluso se traga un rosario– en su último videoclip, dedicado a la comunidad gay, donde están gran parte de sus seguidores. Además, Alejandro ya bate récords en Youtube.

El pequeño 'teaser', algo así como un avance, había aparecido en su página web, pero desde luego, no revelaba ni una pequeña parte de lo que finalmente ha sido el videoclip. Casi nueve minutos de vídeo que transcurren en un ambiente lúgubre y oscuro, con un vestuario que no deja indiferente, mucha carne en las coreografías y el acostumbrado erotismo marca de la casa para Lady Gaga.

Poco ha tardado el vídeo en ser criticado por blasfemo, pero menos aún en convertirse en un nuevo récord para Lady Gaga, ya que en menos de un día ya acumulaba más de 3,6 millones de visitas en Youtube. El sonido parece ser lo de menos. Alejandro es más de lo mismo, con reminiscencias del italo-disco que inundó las pistas americanas en los 80. Incluso Lady Gaga se atreve con el castellano, pronunciado nombres como 'Fernando' o 'Roberto' y la letra 'she hides true love en su bolsillo'.

El videoclip es, en definitiva y según ella misma ha confesado, un homenaje a la comunidad gay, donde Lady Gaga ha encontrado gran parte de sus seguidores, de ahí que la única mujer de todo el vídeo sea ella. Hombres semidesnudos, con medias de rejilla y tacones, escenas de erotismo sado, vestuario propio de una película de ciencia-ficción, sujetadores con ametralladoras en las copas... da igual que este vídeo no tenga argumento, Lady Gaga lo ha vuelto a hacer.