Ahorrar es el gran reto económico de cada hogar, una voluntad con la que no siempre se puede cumplir. Pero contar con un colchón económico que nos ponga a salvo de imprevistos, más allá del patrimonio o las inversiones con las que contemos, es fundamental.

Por eso, en el lenguaje de las finanzas personales se maneja el concepto de fondo de emergencia. La idea alude a una cantidad de ahorro líquido, es decir, con facilidad para recurrir a él, y suficiente para cubrir nuevos gastos, a veces sobrevenidos, pero que no necesariamente sean extraordinarios.

Perder el empleo, cambios en la hipoteca, un alquiler más alto, una obra en casa, una avería en el coche, gastos imprevistos para actividades de los hijos€ Hay múltiples motivos que, puntualmente, pueden tensar nuestro presupuesto. En esos casos, contar con un fondo que nos ayude es fundamental.

Pero, ¿qué es un fondo de emergencia?

Un fondo de emergencia es una cantidad de dinero reservada en una cuenta de ahorro o un depósito que nos permita disponer de él sin coste. Esto es fundamental para poder destinarlo a gastos no contemplados en nuestras previsiones y no necesitar ayuda, por ejemplo, en forma de créditos. Es recomendable que esa cuenta este separada de otras a las que recurramos para los gastos del día a día.

Contar con un fondo de emergencia es fundamental para salvar esos imprevistos que, aunque a veces nos resultan lejanos, no son extraños, y nos aporta seguridad y tranquilidad en el día a día. Además, recurrir a él nos evitaría los trámites y los gastos -los intereses- asociados a su alternativa: los préstamos personales de los bancos y otras entidades de crédito. También nos salvará del coste de recurrir a otras formas de ahorro o inversión: vender propiedades o acciones, cancelar fondos€

¿Cuánto dinero hay que destinar a un fondo de emergencia?

Si tenemos ahorros suficientes, no deberemos preocuparnos en exceso, pero si nos atenemos al concepto de fondo de emergencia, hay que saber que nos referimos a un ahorro líquido, es decir, fácil de recuperar. Por eso, inversiones como las inmobiliarias, en acciones o fondos de inversión no entrarían en este concepto. Por fondo de inversión se entiende el dinero ahorrado en una cuenta corriente, una cuenta remunerada o un depósito a plazo fijo sin una fuerte comisión por cancelación.

La cantidad dependerá de los gastos habituales -hipotecas, alquileres, consumos€- de los ahorradores, pero un fondo de emergencia supondrá al menos tres meses de todos los gastos de un hogar, aunque es recomendable reunir las necesidades de algo más, hasta medio año, por ejemplo.

Reunir al menos esta cantidad es el mayor desafío para quienes tienen problemas para ahorrar. Un consejo es tratar de destinar alrededor de un 10% de los ingresos de cada mes, hasta reunir una cantidad suficiente que nos permita vivir de una forma más desahogada.