Quinta película del director francés Gilles Legrand, que se dio a conocer en 2004 con Malabar Princess y posteriormente consolidó su renombre con Tu seras mon fils y L'Odeur de la mandarine. Las buenas intenciones se balancea entre la comedia y el drama, que es lo que le gusta al realizador, moverse entre los dos tonos. «De eso trata también lo social, ya que siente que es una obligación intentar ayudar a los demás y eso mismo puede ser muy divertido. Tenía ganas de una comedia agridulce y creo que teníamos el guion perfecto para ello».

Isabelle, 50 años, dos hijos, casada con un refugiado bosnio, vive en París. Es voluntaria en muchas ONG, adicta a la ayuda humanitaria. Viene de una familia burguesa, su madre siempre la ha rechazado, comparándola con su apuesto hermano emprendedor. Isabelle reivindica su compromiso y, a menudo, lo impone torpemente entre su entorno. Cuando una profesora empieza a hacerle sombra en el centro social donde trabaja, Isabelle anima a sus alumnos extranjeros a sacarse el carnet de conducir con la ayuda de un instructor bastante malo. Cuestionada por el director del centro social, que ya no tolera sus comportamientos, se monta la primera autoescuela social. Pero su familia también empieza a cansarse. Su marido, Ajdin, y sus dos hijos adolescentes le reclaman esa atención que Isabelle solo tiene para los extranjeros.