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Vivir dos veces

«Road movie» en tono familiar

Vivir dos veces

Su directora, María Ripoll, plantea conflictos como el autoengaño o las dificultades en las relaciones familiares y amorosas, pero nunca, en su opinión, desde un punto de vista banal. Para ella estamos ante una road movie con todos sus elementos, situaciones inesperadas, mucha espontaneidad, con un tono divertido y realista a la vez. Sus referencias para el tono de comedia ácida que quería fueron el estilo de Relatos salvajes o Pequeña Miss Sunshine.

Según la cineasta, el lenguaje visual de Vivir dos veces mantiene también ese punto realista y cercano de los personajes en una ruta de localizaciones originales, muy fotogénicas e imprevistas, que captura el mundo de los tres protagonistas -Emilio, Blanca y Julia- de una manera muy natural, directa y sincera. Considera que tiene situaciones divertidas personajes con carisma, mucha espontaneidad, buen acting, emoción, risas, lágrimas, esperanza y, sobre todo, una gran historia humana con la que fácilmente nos podremos identificar. «Estoy especialmente contenta -destaca la directora de Vivir dos veces- con el resultado de esta película, ¡mi novena! Sigue siendo comedia, un género en el que me siento cómoda, aunque Vivir dos veces es mucho más que eso; es una dramedy y me siento especialmente orgullosa de haber logrado ese tono, con el que en los momentos duros y tristes nos podamos reír un poco de la vida y de uno mismo para darle un guiño de esperanza a nuestra propia existencia.

María Ripoll es responsable de títulos como Lluvia en los zapatos, Tortilla soup, Utopía, Tu vida en 65', Rastros de sándalo, Ahora o nunca y No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.

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