Se ha convertido en las últimas semanas en un acontecimiento mundial tan inesperado como extraordinario que utiliza como elemento detonante la mítica música de los Beatles. Y es una historia entre la fantasía y la fascinación que tiene por protagonista a Jack Malik, un resignado compositor de canciones que malvive en una pequeña localidad inglesa y que se encuentra al borde de renunciar a su sueño de vivir de la música, pese al absoluto apoyo de su mejor amiga, Ellie. Pero, tras un accidente en bici producido durante un misterioso apagón global, Jack descubre al despertar que para el resto del mundo The Beatles nunca han existido... y se ve inmerso en una complicada situación. Así comienza la más reciente y sorprendente película del director británico Danny Boyle ( Trainspotting, La playa, Slumdog millonaire, 127 horas, Steve Jobs, T2 Trainspotting). Ahora, valiéndose de las míticas canciones del grupo de Liverpool, que toca a un público que nunca las ha escuchado, y con ayuda de su despiadada representante americana Debra y de su desastroso aunque encantador compañero de giras Rocky, Jack se convierte en una superestrella de la noche a la mañana. Pero, cuanto más aumenta su fama, más se arriesga a perder a Ellie, la única persona que siempre ha creído en él.

El guionista Richard Curtis y Boyle, grandes fanáticos de The Beatles, no habrían hecho la película sin contar con la bendición de los supervivientes del grupo, Paul McCartney y Ringo Starr, y los herederos de John Lennon y George Harrison. No obstante, esto complicó el proceso de escritura de Curtis: de todos los icónicos temas de los Beatles, ¿cuáles elegir? Y, casi más difícil, ¿cuáles dejar fuera? No solo importa qué canciones son las elegidas, también el orden en el que se oyen, ya que la propia música crea un arco narrativo en el viaje de Jack. «Hemos tratado de representar todas las facetas del trabajo de The Beatles, su lado más rockero, más romántico, más reflexivo», dice Curtis. «Mantuve una relación extraña con las canciones del grupo mientras escribía . Intentaba no escucharlas demasiado porque pensaba ¿Qué recordaría Jack?». Curtis explicó por qué se eligieron algunas como Yesterday: «Paul McCartney sentía que era la muestra perfecta de genialidad. Fue una canción tan milagrosa que cuando la escribió, pensó que debía de haberla soñado o plagiado. En la película, es la primera canción de los Beatles que Jack toca tras su accidente, y la reacción de sus amigos al oírla le da a Jack (y a nosotros) la primera pista de que está pasando algo raro. Sus amigos le aseguran que jamás la han oído y se creen que él la ha escrito. Para esa escena, necesitas una canción perfecta con la que todo el mundo se quedaría con la boca abierta al oírla. Por eso elegí Yesterday».