Es el remake de la película homónima de Tom Holland de 1988, que se convirtió en algunos ámbitos casi en un clásico de terror y que dio vida propia a Chuky, un muñeco infernal poseído por el alma de un asesino en serie que convertiría el dulce sueño de millones de personas en terribles pesadillas. Ahora, después de haber pernoctado en varios telefilms y en una serie inacabable, regresa para volver a las andadas. Se trata del segundo largometraje de Lars Klevberg, que debutó solo unos meses antes con Polaroid, no estrenada en España. En el reparto figuran Aubrey Plaza, Gabriel Bateman y Brian Tyree Henry. El productor Seth Grahame-Smith tenía 12 años cuando se estrenó el Muñeco diabólico original y recuerda estar absolutamente aterrorizado por él. «No queríamos simplemente rehacer la película de 1988, que es un clásico del terror que introdujo al mundo a uno de los mejores villanos de todos los tiempos. Queríamos presentar algo nuevo, algo relevante para las audiencias de hoy en día», subrayó.