Ha sido catalogada como una estridente, descorazonadora y satírica visión de los hábitos y los deseos de los estadounidenses cuando llega el fin del mundo y a través de ella el polémico, sorprendente y creativo Jim Jarmusch, uno de los nombres de más peso del cine independiente, nos invita a una comedia de terror plagada de estrellas y protagonizada por un reparto de habituales colaboradores y nuevas incorporaciones.

En la apacible localidad de Centerville pasa algo raro. La luna vigila permanentemente sobre la línea del horizonte, las horas de luz solar se están volviendo impredecibles y los animales han comenzado a comportarse de manera extraña. Nadie sabe por qué. Los informativos de televisión son desconcertantes y los científicos están preocupados. A pesar de todo, nadie es capaz de prever la mayor y más extraña invasión que pronto comenzará a sacudir Centerville: los muertos ya no están muertos. Se alzan sobre sus tumbas y atacan salvajemente a los vivos para devorarlos; y los lugareños, que hasta el momento creían vivir una vida apacible, se ven obligados a luchar para sobrevivir.

Estamos ante la décima incursión de Jarmusch al Promenade de la Croisette, tras competir por última vez en el Festival de Cannes en 2016 con Paterson, el mismo año que estrenó Gimme Danger, un documental sobre Iggy & The Stooges, fuera de concurso. El cineasta ha estado presente en Cannes con la mayor parte de sus anteriores largometrajes, entre ellos Solo los amantes sobreviven, Flores rotas (ganadora del Premio del Jurado), Ghost Dog, el camino del samurái, Dead Man, Mystery Train, Down by Law (Bajo el peso de la ley), Extraños en el paraíso (ganadora del Premio Camera d'Or) y Coffee and Cigarettes, que ganó el Premio al Mejor Corto en 1993. Ahora Jarmusch nos trae su visión única de un apocalipsis zombi, impregnada del humor socarrón y con el tono de comedia amable que le han convertido en una voz emblemática en el mundo del cine independiente a lo largo de las décadas.