Se estrena cuando todavía no se han apagado los ecos de las películas anteriores sobre el famoso y descomunal monstruo japonés, especialmente el título de 1998 que dirigió Roland Emmerich, pero es un intento de volver a la vertiente genuina de la serie que sigue conservando una multitud de incondicionales en todo el mundo, especialmente en Oriente, y cuya última incursión en la gran pantalla fue la versión de 2014 que dirigió Gareth Edwards.

Esta producción, de capital totalmente norteamericano, conserva el sabor del auténtico keiju, de modo que el argumento sigue los esfuerzos de la Agencia Criptozoológica Monarch al mismo tiempo que sus miembros se enfrentan a una batería de monstruos de enorme tamaño, incluyendo al verdadero Godzilla. La auténtica explosión al respecto tiene lugar cuando este último se enfrenta a Mothra, Rodan y su génesis final, es decir los tres cabezas King Ghidorah. Cuando estas especies que se creían ya desaparecidas se levantan de nuevo, se produce un alucinante combate por la supremacía, que pone en serio riesgo la propia supervivencia. La cinta la ha dirigido Michael Dougherty ( Krampus. Maldita Navidad y Truco o trato. Terror en Hallowen). El casting es totalmente nuevo, a excepción de Ken Watanabe y Sally Hawkins, que interpretan a científicos de Monarch. Uno de los fichajes estrella es Millie Bobby Brown y el otro Kyle Chandler.