Juan Carlos Ortega sabe que es raro y lo explota elaborando un humor que no se parece al de nadie. Con un oído prodigioso para el habla y sus lugares comunes, elabora unas historietas que mezclan lo cotidiano con lo extraordinario provocando un efecto hilarente. Su humor es heredero del de aquellos cómicos que convocaban alrededor de la radio a toda la familia. La ironía orteguiana, tan fácil de disfrutar como sofisticada en su elaboración, es una gema en el país del exabrupto.

El humorista, que recibió en 2016 un premio Ondas, tiene un espacio en la Ser llamado Las noches de Ortega, dentro de la programación de Oh! My LOL, y colabora también con RNE.