Está basada en el primer volumen de todo un fenómeno literario, la saga escrita por Anna Todd, que también participa en el guion y que se ha publicado en más de 30 países, se ha traducido a más de 15 idiomas y ha vendido más de 15 millones de ejemplares en todo el mundo. Dirigida por la debutante en el largometraje Jenny Gage, encabezan el reparto dos nombres emergentes que todavía no son muy populares, la Josephine Langford de Siete deseos como Tessa Young y Hero Fiennes Tiffin, que aparecía en Harry Potter y el misterio del príncipe, como Hardin Scott.

La historia de Tessa es, ciertamente, singular e impactante. Es una joven estudiante, hija obediente y entregada novia pero, cuando comienza su primer año en la universidad, se enamora de Hardin, un adolescente con un oscuro secreto. Juntos se embarcan en una pasional y complicada relación. Lo más curioso es que After -un relato sobre el primer amor y el autodescubrimiento- comenzó a crearse online a través de posts para los fans, subiendo un capítulo casi a diario, manteniendo a los lectores cautivados por lo que la autora Anna Todd estaba creando. La saga incluye cinco novelas.

«Mis editores extranjeros nunca han visto ventas así de una autora americana que escribe en una web aleatoria sin tener experiencia previa», afirma Todd. El interés en llevar a cabo una película comenzó incluso antes de que la historia se publicase en libro. «Pero una película parecía algo demasiado lejano. Un libro tenía sentido, porque la historia ya estaba escrita. Para ser sincera, hasta que la película empezó el rodaje, era un tema que había apartado en un rincón de mi mente. La mayoría de los libros que tienen la opción, nunca llegan a plasmarse en una película, por eso centré toda mi atención en publicar libros. La película era como un sueño, pero no una realidad».

La productora Jennifer Gibgot fue la primera en subirse a bordo. «Cuando me fijé en este proyecto por primera vez, todavía era el comienzo de Instagram. No estoy segura ni de si tenía Facebook por aquel entonces», comparte Gibgot. «Cuando mi hija hizo que me crease una cuenta de Instagram, y Anna publicó una foto de nosotras dos, de pronto todas estas jóvenes de todo el mundo comenzaron a escribirme mensajes directos a través de las redes sociales. Y ahí fue cuando de verdad me di cuenta del tesoro que teníamos en las manos».